Centroamérica es un lugar único que garantiza a sus visitantes una experiencia colorida, rica y diversa. Este istmo, que emergió de los mares hace millones de años para convertirse en un verdadero santuario tropical, alberga cerca de 65 pueblos indígenas, que ocupan el 40% de su superficie terrestre y forman un entramado multicultural único. Además, es el territorio en el que descubrir la sorprendente cultura maya. Desde Belice que fascina con su extraordinaria, y poco conocida, riqueza milenaria hasta la antigua ciudad maya de Tikal, que constituye el asentamiento prehispánico más extenso en Guatemala. Sin olvidar, los admirables vestigios mayas en El Salvador junto al río San Esteban o las imponentes e indescifrables ruinas de Copán, en Honduras.
Belice, legado maya enclavado en la selva
Belice guarda sorpresas culturales y naturales que incluyen extraordinarios restos mayas enclavados en una selva tropical. Es al sumergirse en este bosque de niebla, cuando se podrá descubrir uno de los sitios mayas más bellos del país, Xunantunich. Allí destaca El Castillo, un asombroso templo de 40 metros de altura conocido por albergar palacios y santuarios privados de los mayas. La aventura continúa con el descubrimiento del gran sitio arqueológico de Caracol, que reúne más de 250 estructuras mayas repartidas en un área de 200 kilómetros cuadrados. Fue el hogar de 150.000 personas y, por ende, el centro maya más grande de Belice, así como un lugar predominante en la historia de esta civilización. No hay que olvidarse de Lamanai, la segunda estructura maya más grande del mundo, ubicada en la Laguna New River, y el lugar donde se han encontrado más artefactos de cobre de toda la cultura maya.
Tikal, la capital maya que dominó el mayor asentamiento prehispánico de Guatemala
Guatemala es un destino imprescindible para descubrir sitios arqueológicos mayas y la antigua ciudad de Tikal fue su mayor asentamiento, ubicado en el corazón de los bosques del norte del país. Estuvo habitada desde el siglo VI a.C. y fue la capital del reino más poderoso construido por los mayas. Declarado como el primer sitio Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la humanidad por la UNESCO, invita a maravillarse con su centro ceremonial, sus magníficos templos y sus palacios. Tikal, una joya del turismo guatemalteco, cuenta con 5.000 edificios prehispánicos en un área de aproximadamente 16 kilómetros cuadrados. Además, es uno de los máximos exponentes del estilo arquitectónico típico de las tierras bajas centrales mayas, mostrando exquisitos ejemplos de templos en forma de pirámides escalonadas.
Honduras, un pequeño paraíso maya
Además de playas con aguas azul turquesa y una extensa selva, Honduras cuenta con un patrimonio histórico y con un legado maya excepcional. El sitio principal del país es la antigua y majestuosa ciudad maya de Copán, catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1980. Copán fue una de las ciudades más antiguas y poderosas de la región; conocida como "la Alejandría de los mayas", reúne más de 3.400 edificios y se extiende a lo largo de aproximadamente 24 kilómetros. Ubicada en el corazón de la selva tropical, invita a descubrir la belleza de las estelas y su monumental escalinata totalmente cubierta con escrituras y símbolos mayas. El sitio está compuesto por más de 4.500 montículos sobre los que descansan trescientos siglos de historia, así como cuevas enigmáticas que comunicaban con el inframundo y marcaban el punto de inicio del viaje final de los mayas.
El Salvador y sus sitios arqueológicos habitados desde 1200 a.C.
Ya en El Salvador, sorprenden los restos de las colonias más australes del mundo maya. No muy lejos de su capital, se pueden visitar los tres principales sitios mayas en un día. Joya de Cerén, conocida como la "Pompeya de las Américas" y Patrimonio de la Humanidad, es un pueblo totalmente construido sobre la tierra que fue testigo de la vida cotidiana de los agricultores mesoamericanos de la época. De hecho, pueden descubrirse vestigios de una comunidad agrícola que fue brutalmente engullida por una erupción volcánica alrededor del año 600 a.C. Por su parte, las ruinas de San Andrés representan un importante sitio político-ceremonial, constituyendo una impresionante acrópolis indígena que contaba con varias estructuras utilizadas por los gobernantes de esta civilización. Finalmente, el sitio arqueológico Tazumal contiene las ruinas más importantes y mejor conservadas de El Salvador. Prácticamente intacto desde el año 1200 d.C., cuando fue abandonado, ofrece una visión asombrosa de la arquitectura ceremonial maya y la pirámide más grande del país con un sistema de drenaje único creado por los mayas.
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