Hace dos semanas pasé por la estación de esquí de Ishiuchi Maruyama. Era la primera vez que hacía snowboard en Japón y tengo que decir que fue una experiencia muy grata.
Ishiuchi está en la prefectura de Niigata. Para llegar hasta allí agarramos un shinkansen en Tokio y fuimos hasta la estación de Echigo-Yuzawa. Se tarda una hora y media, el viaje cuesta unos ¥6,000 por trayecto.
Lo de ir a esquiar fue en realidad una idea de Nerea, Lorco y Fernando (Chiqui), buenos aficionados a la nieve que no se pierden una cada invierno. Y ahí estaba yo para completar la expedición.
Mientras que Nerea y Lorco calzaban orgullosos unos esquís cortos o snowblades, Chiqui y yo íbamos con tabla de snowboard. Ahora veo que fue un acierto traerme la tabla a Japón el año pasado. Mucho más cómodo que andar alquilando. Sólo tuve que acordarme la noche antes de apretar los tornillos y comprobar las fijaciones.
Nada más bajar del shinkansen en Echigo-Yuzawa, nos llevamos una sorpresa al ver todo cubierto de nieve. Imaginaros lo que tiene que nevar en Niigata para que el espesor sea de varios metros. La nieve estaba cortada formando una pared a los lados de la carretera. Espectacular.
La estación de Ishiuchi fue construida hace más de 50 años para uso y disfrute de los tokiotas entusiastas del esquí. Echando un vistazo al mapa cuesta creer que sea accesible desde el mismo centro de la capital. Te montas en el shinkansen y cuando te bajas estás tan sólo a 15 minutos de la estación de esquí. Es muy cómodo.
La estación de esquí es de tamaño medio. Ocupa una sola cara de la misma montaña y dispone de suficientes pistas y remontes. El número de kilómetros esquiables es menor que el de estaciones como Formigal o Sierra Nevada, yo diría que tiene el tamaño de Alto Campoo o Valdezcaray. No obstante, para ser la primera vez que esquiaba en Japón y yendo tan sólo un fin de semana, fue perfecto.
En el punto más alto de Ishiuchi la estación conecta con Gala Yuzawa y esta a su vez con Yuzawa Kogen. Se puede comprar un forfait para acceder a todos los valles, en total más de 100 km de pistas, pero se queda pequeño en comparación con Grandvalira en Andorra. Según parece, la estación de esquí más grande en Japón es Shiga Kogen, en la prefectura de Nagano.
Al margen de los kilómetros esquiables, la calidad de la nieve era insuperable: nieve polvo recién caída con varios metros de espesor. Cuando me aventuraba por nieve virgen y la bajada era limpia la sensación era como estar flotando sobre una nube; pero si me quedaba atascado y me hundía, las pasaba canutas para salir.
Bajando por algunas pistas nos encontramos paisajes nevados con bastante encanto. Muchos árboles tenían las copas cargadas de nieve y ofrecían una bonita estampa.
Disfrute muchísimo de los dos días de esquí, sobre todo por la compañía de estos elementos, únicos en su especie.
Teníamos los cuatro jinetes más o menos el mismo nivel, así que bajábamos siempre juntos las pistas. De vez en cuando hacíamos pausas y aprovechábamos para tirarnos en la nieve a hacer el gamberro. Qué risas.
Para que os hagáis una idea de la experiencia, os dejo a continuación con un vídeo que grabé al señor Chiqui bajando por una de nuestras rutas favoritas del circuito.
Me gustaría repetir una excursión a la nieve antes de que termine la temporada de esquí, a ver si es posible escaparse otro fin de semana.
Ahí lo tenéis, una cara quizás poco habitual del turismo en Japón pero muy a tener en cuenta en invierno.