Sorteamos incertidumbres cual soldado que intenta esquivar las balas: ignorando de dónde proceden y sabiendo que cualquiera puede alcanzarte sin verla venir. Así procuramos afrontar los días cavando trincheras que nos cobijen de una intemperie en la que reinan las dudas y los temores. Ante la imposibilidad de escrutar lo que se oculta más allá del horizonte, nos adaptamos a una vida en la que el futuro es tan tenebroso como un frente de batalla y menos fiable que un campo de minas. Sólo el hoyo en que cada día logramos resistir nos permite sortear las incertidumbres con la esperanza de permanecer vigilantes y tensos, al acecho de las amenazas que acompañan al día y la noche. Cada amanecer es un triunfo y un miedo nuevos que nos deja exhaustos y al borde de la derrota. Algunos tiran la toalla, pero los demás continuamos esquivando los desasosiegos del existir, aplastados por el presente que nos ha tocado vivir.
Revista Opinión
Sorteamos incertidumbres cual soldado que intenta esquivar las balas: ignorando de dónde proceden y sabiendo que cualquiera puede alcanzarte sin verla venir. Así procuramos afrontar los días cavando trincheras que nos cobijen de una intemperie en la que reinan las dudas y los temores. Ante la imposibilidad de escrutar lo que se oculta más allá del horizonte, nos adaptamos a una vida en la que el futuro es tan tenebroso como un frente de batalla y menos fiable que un campo de minas. Sólo el hoyo en que cada día logramos resistir nos permite sortear las incertidumbres con la esperanza de permanecer vigilantes y tensos, al acecho de las amenazas que acompañan al día y la noche. Cada amanecer es un triunfo y un miedo nuevos que nos deja exhaustos y al borde de la derrota. Algunos tiran la toalla, pero los demás continuamos esquivando los desasosiegos del existir, aplastados por el presente que nos ha tocado vivir.
