Este es de esos discos que uno consigue a muy bajo precio y que con una buena e intensa limpieza quedan francamente muy bien.
Antes de nada diré que este disco debería de tenerlo cualquier amante del sonido estéreo.
Esquivel fue de esos músicos que se exploraban y explotaban todas las posibilidades del estudio de grabación.
Estamos hablando que el disco se editó en 1962 y la calidad de producción y de sonido son francamente magníficas y con unos efectos que dejan boquiabierto.
Y estaba tan seguro de dicha calidad de sonido estéreo para la época que ya en la portada se puede leer:
"Acción Estéreo. El sonido que tus ojos pueden seguir"
Y en la contraportada:
"Si tu tienes un equipo estéreo, tienes que tener ésto"
Y la verdad es que dan totalmente en el clavo.
Los temas son totalmente reconocibles, pero arreglados por Esquivel para la ocasión. También hay algún tema suyo.
Melodías gratificantes y tarareables.
Temas como La Raspa o Adiós Mariquita Linda o Solamente una vez son clásicos de la música latina mundial.
Pero como dije Esquivel las arregla para que los efectos que tienen se puedan pasar a tu equipo y a tus oidos.
Sonidos que entran y salen. Que pasan de izquierda a derecha. Que van cobrando más o menso intensidad.
Y repito, estamos hablando del año 62 cuando las posibilidades de los estuidos eran limitadas y cuando la mayoría sacaba en sonido mono. No porque no se pudiese. Más bien debido a que la mayoría de los compradores potenciales tenían aparatos mono.
Un gran disco donde aparte de estar todo muy bien interpretado, es una delicatesen para los oyentes que difrutamos con "esas cositas" que Esquivel hacía en el estudio de grabación.