
Enlazando con la publicación anterior: lo que el arte y la ciencia modernos anuncian, como dice Ortega, igual que “los humos de los hogares permiten presumir el viento que va a gobernar la jornada”[1], es la disolución del sentido de la realidad. Ya lo anunció Nietzsche; “No hay hechos, sólo interpretaciones”[2]. Dentro del mundo artístico, Picasso dijo en el mismo sentido, pero formulándolo a la contra: “Cualquier cosa que puedas imaginar es real”. Y respecto de la ciencia, dice Ortega: “Si conocen bien la física actual, sabrán que la materia también se le ha desvanecido al físico. El hecho de “los cuantos” revela que en un cierto instante el electrón no puede ser localizado en el espacio. Es decir, que se abre un vacío, un nada de materia, de espaciosidad. Esto es: que el mundo material se le ha desmaterializado al físico, y le queda sólo la duda cerca de él. Esta situación la expresa el lenguaje vulgar diciendo que “el hombre está en un mar de dudas”[3].
[1] Ortega y Gasset: “La deshumanización del arte”, O. C., Tº 3, p. 378.
[2] Friedrich Nietzsche: “Fragmentos póstumos”, Vol. 4, Madrid, Tecnos, 2008, p. 222.
[3] Ortega y Gasset: “Sobre la razón histórica”, Alianza, pp. 65-66.