Revista Coaching

¿Está descontrolada su empresa?

Por Planemprendedorweb

Había una vez, un emprendedor que creó una empresa y como estaba solo, hacía todas las tareas. A medida que tuvo éxito, fue incorporando gente para que la empresa siguiera creciendo. Sumo los esfuerzos de los colaboradores para continuar desarrollando la empresa. Y así ocurrió. Pero en un determinado momento se dio cuenta que cada vez era menor el retorno sobre el esfuerzo, es decir, incorporaba más gente pero el aumento en el rendimiento era menor que el aumento en personas. ¿Estarían trabajando poco? Sin duda que no era así, pues cada uno se ocupaba de sus tareas con mucho ahínco y responsabilidad. ¿Qué estaba pasando?

Alguien le comentó que así eran las cosas en todos lados y le habló de “la ley de los rendimientos decrecientes” que indicaba que para aumentar el rendimiento había que aumentar los recursos en una proporción mayor, y que cada vez la situación sería peor.

“Antes una persona producía 100 unidades de utilidad, luego dos lograban 195, cuatro, 380 y 8 760; si quería duplicar el resultado tenía que más que duplicar los recursos”.

Un buen día un amigo le presentó a un experto en gestión empresarial que le parecía que lo podía ayudar. Durante un buen rato el experto lo escuchó y le estuvo haciendo algunas preguntas para explorar la situación. “¿No le parece que ahora tiene menos control que antes?” “¡Sí, claro que sí. Antes yo hacía todo y conocía cada detalle; ahora no me puedo encargar personalmente y tengo la sensación que se me escapan los temas. Mis colaboradores se encargan de sus tareas pero tengo la incómoda sensación que la empresa se me ha ido de las manos. Cada vez cuesta más esfuerzo crecer y resolver todos los temas.”

Luego de una pausa, el experto le dijo: “Su situación me hace recordar la de un amigo músico que comenzó tocando la guitarra. Al inicio de su carrera hacía todo: cantaba, tocaba, hacía los contratos, cobraba y buscaba nuevos lugares para tocar. A medida que fue teniendo éxito, armó una banda con más músicos, técnicos y representante. Cada músico sabía lo que tenía que tocar porque tenía su partitura, pero, el sonido ya no era tan bueno como antes. Estaba faltando control y armonía entre todos, que si bien eran muy buenos cada uno en su instrumento y se esforzaban como verdaderos profesionales, el conjunto no lograba tener tanta calidad como un músico solista.” “Las empresas como cualquier sistema tienen una tendencia al estado de máximo desorden, al caos. Pero ese estado no es el más productivo. Hay que controlar el caos, hay que poner orden y para ello hay que aplicar metodologías apropiadas. Nosotros tenemos un sistema muy efectivo para lograr el máximo nivel de productividad de la empresa controlando el caos.

Hay un secreto que no todas las empresas conocen (por eso es un secreto). El máximo desempeño posible de la empresa en las circunstancias actuales, está determinado por muy pocos elementos que generalmente están ocultos y son desconocidos. Encontrar a esos elementos y hacer que la empresa los tenga en cuenta para obtener el máximo rendimiento posible, es nuestra misión. A esos elementos especiales los llamamos RESTRICCIONES.

Una vez que “capturamos” las restricciones de la empresa, es decir, cuando las identificamos correctamente, las empleamos para organizar todo el funcionamiento de la empresa, teniéndolas en cuenta. Cuando la empresa está organizada en base a sus restricciones reales, despliega su máximo rendimiento, y en vez de tener rendimientos decrecientes, se producen reales efectos sinérgicos donde el rendimiento colectivo es superior a la suma de los rendimientos individuales.

Si su empresa “sufre” del mal de los rendimientos decrecientes, es conveniente descubrir sus restricciones y operar con ellas. La GESTIÓN DE RESTRICCIONES es la metodología apropiada para resolver esas situaciones y pasar a tener rendimientos crecientes.

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