En regiones del centro y sur de Estados Unidos, donde el fracking a crecido rápidamente, millones de personas se sienten amenazadas por repetidos seísmos.
Aproximádamente 7 millones de personas que habitan zonas donde se practica la fracturación hidraúlica viven amenazados por seísmos, según informó el pasado mes de marzo el USGS (Instituto americano de Geofísica).
Las regiones más expuestas son las de Oklahoma, Kansas, Texas y Colorado entre otras del centro y este de EEUU. La población más grande se congrega en torno a Oklahoma y Texas.
En algunos lugares, la destrucción de las viviendas puede ser provocada por seísmos o por la propia actividad de fracturación. De hecho, estas regiones invadidas por plataformas extractoras de este gas tienen hoy en día el mismo nivel de riesgo de sufrir una catástrofe sísmica que California, que presenta el mayor riesgo de sufrir seísmos naturales en todo el país.
Para los habitantes de Oklahoma, el temblor de tierra y los problemas en sus casas se ha convertido en rutina. La tierra tiembla a sus pies de forma regular. El pasado mes de enero dos seísmos de 4,7 y 4,8 grados sacudieron la región.
En 2015 se censaron en Oklahoma más de 900 terremotos de magnitud 3. Es decir, la región vio como cada día tenían lugar una media de dos seísmos y medio.
Los pronósticos para 2016 no son más optimistas y se prevén más de 1000 seísmos.
Hay que destacar que entre 1978 y 2008, en Oklahoma se registraron 21 seísmos de magnitud 3. A partir de 2008, el número de casos se multiplicó exponencialmente.
En 2008 Oklahoma conoció una fiebre extractora de gas mediante el método de la fracturación hidraúlica o fracking.
La fracturación hidraúlica de las rocas de esquisto va siempre acompañada por efectos indeseados debido al enorme volúmen de agua usada y de productos químicos utilizado para perforar . Estos agentes químicos disueltos en el agua son desechados y vueltos a inyectar en los yacimientos de esquisto ya que por el momento, la industria no ha encontrado lugar adecuado para depositar estos desechos altamente contaminantes.
Entre 2009 y 2014, el volúmen utilizado en la región aumentó un 140% pasando de 68 a 162 millardos de litros.
Para los expertos sismólogos el fracking, que en muchas ocasiones necesita 10 barriles de agua para extraer 1 de petróleo, es el culpable de los seísmos acontecidos en la zona.
Ciertos expertos confirman su sospecha de que en un futuro no muy lejano, Oklahoma sufra una fuerte sacudida sísmica.
Mientras tanto los partidarios de que se acabe con esta práctica siguen luchando entre grupos de presión del mundo petrolero en Texas, en California y en Dakota del Norte, zonas también amenazadas por los temblores de tierra que provoca el método de fracturación hidraúlica o fracking.
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