Estás soñando: caminas por la calle, por una montaña tenebrosa, por una playa idílica o por un paraje random inventado por tu mente. Y de repente, sin explicación alguna, sucede: caes al vacío. Aparentemente estás dormido, pero todo es tan real que sientes una adrenalina indescriptible. Sin embargo, antes de llegar al final te despiertas de un salto. Es entonces cuando te das cuenta de que solo era un sueño, de que ni siquiera te has llegado a mover de tu cama, y vuelves a respirar tranquilo.
Si alguna vez has tenido una experiencia similar es que formas parte del 95% de la población que comparte el mismo patrón onírico. Se trata de un fenómeno que sucede a los pocos minutos de caer dormidos y aunque solo es por un breve instante, sentimos una caída tan real que incluso puede asustarnos.
Sin embargo, esto no sucede porque sí. Esta intensa sensación que la mayoría de nosotros ha experimentado en alguna ocasión tiene una explicación:
Expertos de la Unidad del Sueño del Hospital de Madrid comentan que se debe a una descompensación entre los impulsos del sistema vestibular, que mantiene el equilibrio del cuerpo, y el sistema cinestético, que percibe parte del movimiento y posición del cuerpo.
Sucede a los pocos minutos de caer dormidos y aunque solo es por un breve instante, sentimos una caída tan real que incluso puede asustarnos
El origen de este desorden está arraigado a nuestra rutina, ya que algunos estudios apuntan a nuestro estado de ánimo como un elemento indispensable para que se produzca. Si estamos estresados, inquietos o nerviosos, nos metemos en la cama con ideas que preocupantes que atormentan a nuestra mente. Por ello, a pesar de estar dormidos, el cerebro sigue trabajando y esto provoca la descompensación que se desencadena en una falsa caída al vacío.
Además, el tipo de caída que sufrimos está realacionada con nuestro grado de angustia. No es lo mismo soñar que caemos al vacío desde un acantilado que hacerlo caminando por la calle, lo cual hace que la experiencia sea proporcional al nivel de estrés al que estamos sometidos en el mundo real.
Otros expertos aseguan que también puede deberse a la parálisis del sueño, el transtorno que tiene lugar entre el sueño y la vigilia y hace que el cuerpo y el cerebro operen de forma independiente.
Así que ya sabes. Si no quieres despertar de un salto a causa de una ficticia caída, vive más tranquilo. No dejes que el estrés del día a día entre contigo en la cama. Déjalo fuera y disfruta de tus sueños.
[Vía SuperCurioso y Qué]