Últimamente parece que cuando digo "no voy a irme / volví y no pienso desaparecer", una fuerza mayor conspira para que ¡ZAS! me sea imposible acercarme a una computadora a escribir algo.
Sí, lo sé, son asquerosas excusas, pero *suspira* es lo que últimamente me ha pasado.
Quería, bueno, quiero darles una explicación porque la desaparición no se debe a: falta de Internet - vacaciones - estudio. No. Es un tema un poco bastante más serio que eso, relacionado conmigo y a la vez no (ahora se los explico más), pero que requería de mi completa atención, al menos por estos días.
El jueves por la tarde, mi hermano menor, su mejor amigo, los hermanos del mejor amigo (que son amigos míos) y un novio (de mi amiga) fuimos al cine, volvimos a mi casa para cenar, todos felices y tranquilos, hasta que llamó por teléfono la mamá de los chicos: a su esposo (el papá de nuestros amigos) lo quisieron asaltar y le dispararon dos veces. Mis amigos, salieron desesperados obviamente al hospital, y el menor se quedó con mi hermano en mi casa. Desde el jueves a la noche que estamos rezando para que todo salga bien.
Día a día vamos recibiendo buenas noticias, y tanto la mamá de mis amigos, como ellos mismos están más tranquilos. El pequeño sigue en mi casa, con mi hermano, para ellos todo está normal (sabe que su papa está hospitalizado, pero no sabe toda la verdad, para preservarlos a ambos, padre e hijo, de nerviosismos innecesarios, por ahora).
Esto quizás no les interese, probablemente no les interese, pero yo sentí la necesidad que contarles a grandes rasgos el porqué de mi ausencia.
Se aceptan rezos, buenas vibras, buenos deseos.
Gracias por estar, por quedarse un ratito a leer, y por cada cosa linda que me dicen del blog. Cada uno de ustedes ocupa un lugar especial en mi corazón. Gracias.

