Me he despertado con la risa de Gael pegada a mi oido. Normalmente me despierto yo antes pero hoy no ha sido así y parece que le ha hecho gracia verme dormida, asi es que se me ha tirado encima partiéndose de risa.
Papá y Adrián se han ido temprano a buscar unos materiales para un trabajillo y Gael y yo hemos podido quedarnos en la cama remoloneando un buen rato.
Quizás esto pueda parecer no relevante, pero teniendo dos hijos a veces es dificil dedicarles estos ratos de intimidad que , al menos para mi, son esenciales. Recuerdo que cuando Adrián era bebé, pasabamos un buen rato en la cama antes de levantarnos, tomando teta, mimándonos o jugando. Ahora seguimos haciéndolo con Gael y lo disfrutamos mucho más . Sin embargo, a veces siento la necesidad de poder darles a cada uno de mis hijos un poquito de exclusividad y hoy le ha tocado a Gael. Es cierto que estando Adrián en el cole, tengo todas las mañanas para Gael, pero andamos a las prisas para llevar a Adrian y disfrutamos de otra manera. Hoy ha sido una mañana de relax para ambos.
Nos hemos levantado tranquilamente, hemos desayunado y, aprovechando esta preciosa mañana soleada, hemos dado un buen paseo. La zona en la que vivimos es muy tranquila y se puede disfrutar del silencio interrumpido solo por el canto de los pájaros o la risa de Gael.
Mientras escribo esta entrada, Gael duerme y Adrián acaba de llegar con papá. Ahora toca otro ratito de exclusividad para mi niño grande que viene con ganas de dibujar con mamá. Vamos a pintar unas tarjetas para regalarles a los Reyes Magos.
Un beso fuerte y que disfruteis de esta noche mágica.