Nunca he tenido miedo a la soledad, de hecho siempre me ha gustado, muchas veces la he buscado.
Pero cuando estar solo va acompañado de no tener una vida, no de poder romper esa soledad cuando lo necesitas, de llevar meses mirando las mismas cuatro paredes, empieza a hacerse más duro de la cuenta.
Conoces gente en el mundo virtual, y eso ayuda ocasionalmente a sobrellevarlo, pero es difícil que se materialice en un encuentro real, con lo que muchas veces, después, la sensación de vacío es aún mayor.
El tiempo seguirá pasando, y las cosas irán volviendo poco a poco a una nueva normalidad, pero mientras, se hace largo... muy largo...