Revista Opinión
Está pasando y no podemos hacer nada. Todas las grandes acciones en la vida las hacen los demás, precisamente a los que les hemos dado el poder.
Está pasando y nos quejamos, pero esa queja nunca la escuchan los que tienen dicho poder.
La democracia, su esencia es en teoría el gobierno del pueblo. Pero ¿en realidad es así?
No es cierto, la verdad es que el pueblo es el vehículo para que los nombrados por dicho pueblo hagan y deshagan a su antojo, amparándose en sus actas de diputados.
Dicen que actúan por el bien de la patria, aunque eso es pura retórica pues ¿qué es la patria?
Para determinados partidos políticos es una cosa y para otros no saben, no entienden y es en definitiva algo abstracto en donde se puede uno imaginar lo que quiera.
Teorías, pero ¿la práctica, en donde está? ¿Qué hacen unos y otros por el pueblo?
Lanzan discursos más o menos que suenen bien que calen en el futuro voto. Su voto. Pues en cuanto tengan los suficientes, harán lo que quieran ¿en nombre del pueblo?
Por eso es importante que los ciudadanos podamos votar leyes concretas, específicas que nos van a servir para nuestro bienestar, no el de ellos que ya lo tienen.
Quiero que lo que está pasando podamos tener la posibilidad de modificar.
El día a día de los municipios también se puede mejorar con las aportaciones y sugerencias de sus habitantes.
Con las leyes ahora, no podemos hacer nada.
Está pasando.