Revista Cine
¿El futuro alcancó al cine mexicano? Canana, la casa productora del ómnibus-film Revolución (México, 2010), sigue experimentando con nuevas formas de distribución de su cine. Hace más de un año hizo la prueba de estrenar limitadamente Año Uña (J. Cuarón, 2007) al mismo tiempo que dejaba a disposición del consumidor esa misma cinta a través del video-on-demand en Cablevisión. Ahora, el paso es más audaz: en unos días, el 5 de noviembre, se estrenará en la pantalla grande Revolución y dos semanas más tarde, en pleno 20 de noviembre, el filme estará programado en televisión abierta, podrá comprarse en DVD y estará disponible en youtube.
¿Realmente es tan dificil hacer esto? Olvídemonos de la televisión abierta, que seguramente se puso a modo porque están involucrados los nombres de Gael García y Diego Luna. El asunto es: ¿de verdad será muy complicado que, después de su paso por los festivales de rigor, el cine mexicano se vea, si no en la sala de cine con 300 copias, por lo menos sí en video-on-demand y en DVD a la renta y/o venta? ¿Qué pasa, por ejemplo, con los espléndidos documentales mexicanos que solamente los vemos los que asistimos a Guadalajara o los que van a Morelia?
Canana -Diego, Gael, Cruz et al- han quitado unas cuantas telarañas en el camino de la distribución del cine mexicano. Podemos discutir si tal o cual película producida por ellos es interesante, nefasta, genial o vómito negro en celuloide. Lo que no podemos negar es que a esta gente le gusta hacer cine en México... y que la gente lo vea.