Algunas curiosidades sobre el regimiento. La Guardia Irlandesa (Irish Guards) se creó el 1 de abril de 1900 por orden de la reina Victoria para conmemorar el coraje demostrado por los irlandeses durante las Guerras de los Bóeres. Los guardias, además de contar con un perro de raza lebrel irlandés (irish wolghound) como mascota, forman parte del único cuerpo del Ejército Británico que tiene apodo, y es el de The Micks. En honor a sus raíces irlandesas, cada día de San Patricio lucen en sus gorras un ramito de tréboles que les debe entregar un miembro de la Familia Real.
Esta celebración se llevó a cabo por primera vez en 1901 de acuerdo a un decreto establecido por la reina Victoria, y ante la presencia de la por entonces todavía princesa Alexandra. El programa incluye rendición de honores a los invitados de honor, desfile, entrega de los ramitos de tréboles, foto de familia y un vino de honor, seguido de un almuerzo privado que presiden los miembros de la Familia Real que hayan acudido al evento.
Tras el fallecimiento de la reina Alexandra, fue la princesa Mary, princesa real, quien se encargó de continuar la tradición y, posteriormente en 1964, tomó el relevo la reina madre, quien sentía una especial devoción por este cuerpo del ejército, miembros del cual se encargaron de transportar su ataúd en el funeral. Tras la reina madre le llegó el turno a la princesa Ana, hija de la reina Isabel y, tal como hemos dicho, tras el matrimonio de los duques de Cambridge, ha sido la duquesa Catherine quien ha asumido esta tradición, con la que ha venido cumpliendo desde entonces. Según parece, entre los títulos nobiliarios que ostentan los duques de Cambridge, está el de Barón y Baronesa Carrickfergus, título procedente de Irlanda del Norte lo que establece una cierta especial relación con ese país y con sus tradiciones. Durante la celebración, además del obligado God Save the Queen, la banda de músicos también interpreta la canción tradicional irlandesa Carrickfergus, con un arreglo especial para la duquesa. La ceremonia se celebraba a puertas cerradas, hasta que en el año 2000 se abrió al público.
Al inicio de la ceremonia tanto el duque como la duquesa reciben un ramito de tréboles para poder lucirlo en la gorra y en la solapa, respectivamente. Y entre los adornos que luce la duquesa, destaca un broche en oro de Cartier, que representa un trébol de tres hojas con una esmeralda en el centro. Como curiosidad, comentar que el broche no es propiedad de la corona, sino del regimiento, por lo que es éste quien tiene la potestad de decidir a quién se lo presta para que lo pueda lucir. Hasta 2002, fue la reina madre quien lo solía llevar puesto en sus visitas a Mons Barrank, y desde 2012 se lo ha visto llevar a la duquesa de Cambridge.
Y como esta semana, el protocolo no ofrece dos historias al precio de una, nos vamos del Reino Unido al Reino de Dinamarca para seguir con nuestro post.
Cena de Estado en el Palacio de Christianborg. Tal y como manda el programa de una visita de estado (al que ya le dedicamos un post anteriormente en el blog), con motivo del viaje que los monarcas neerlandeses han realizado a Dinamarca, la anfitriona ha agasajando a sus invitados con una espectacular cena de gala como colofón a la jornada del primer día. De hecho, la noticia no tendría sus más, a no ser por una imagen de la mesa presidencial que nos ha parecido interesante comentar, ya que viene a demostrar la adaptabilidad del protocolo a las necesidades de cada momento.
Según la regla general que se debe seguir en la ubicación de los comensales en una cena de gala, las parejas deben estar separadas con la finalidad de crear diferentes zonas de conversación y propiciar una imagen armónica, donde al lado de cada hombre se coloque una mujer, o viceversa. También es aconsejable evitar sentar a dos mujeres juntas, o que alguna de ellas quede en el extremo de la mesa, lo que tradicionalmente está visto como una descortesía.
La norma es fácil aplicarla cuando se trata de organizar una mesa imperial, tal y como suelen hacerse en el Palacio Real de Madrid, pero se complica cuando para el montaje se opta por una mesa en forma de U, como suele ocurrir en el palacio de Buckingham o en el palacio de Christianborg, tal y como es el caso que nos ocupa. La presidencia se organiza en una fila única, ordenando a los comensales en alternancia desde el centro hacia los extremos, con la complicación añadida de que el anfitrión es mujer (tal y como también ocurre en el Reino Unido y en Dinamarca).
Es evidente que los responsables del protocolo de ambas cortes deben estar más que habituados a organizar este tipo de actos, pero no por ello el resultado deja imágenes que, siendo totalmente aceptables y corteses, no dejan de llamar la atención para los menos habituados. Aquí van algunas:
Cesión de la presidencia de la anfitriona al invitado de honor. La consorte del invitado de honor ocupa un lugar junto a la anfitiriona, siendo ambas mujeres.
Imagen de todos los miembros de la presidencia. No se aprecia quien ocupa el último lugar de la ordenación a la derecha de la imagen, pero podría ser la primera ministra del país, que también es mujer como la jefe de estado.
La anfitriona y la invitada de honor, ambas jefes de estado
En Buckingham no suele haber "separación matrimonial" en la presidencia por parte de la anfitriona y su consorte.
Cesión de presidencia a la invitada de honor, franqueada por el anfitrión y su consorte. En el caso de los príncipes herederos no se aplica la "separación matrimonial"
También en las mesas imperiales se puede dar el caso de tener que ubicar a dos consortes (mujer) de manera correlativa.
Para saber más:
Royal Irish Regiment marks St Patrick's Day
St. Patrick's Day Parade
Program for statsbesøg fra Nederlandene
Staatsbezoek aan Denemarken