Esta vez sí.

ANTES DE INICIAR LA LABOR DE CAMBIAR EL MUNDO, DA TRES VUELTAS POR TU PROPIA CASA. Proverbio Chino

Acostumbrado a correr riesgos y aceptar los envites. En esta ocasión lo voy a hacer. Soy de los que piensa que sí, que en esta ocasión el proceso encaminado por ETA va en serio y que terminará con resultados positivos. Por supuesto dejará a todos insatisfechos porque a estas alturas las posturas están radicalizadas y hará falta un buen bálsamo para que escuezan menos.

El proceso será largo, con escaramuzas, comunicados y a la larga, en el futuro, se discutirá en qué momento realmente comenzó el abandono de las armas por parte de la organización. Soy optimista porque en esta ocasión los comunicados no han creado ilusión, ni en la práctica tampoco se han variado las agendas de los agentes políticos. Lo cual invita a la normalidad, que es lo más importante para la discreción y la eficacia. También soy de los que cree que más importante que los comunicados es el contexto en el que se producen.

ETA detiene las acciones armadas porque se lo piden las bases de Batasuna en un proceso asambleario. Lo hacen sin una negociación previa, de manera unilateral y sin una fecha de caducidad. El recorrido será largo en el tiempo y desde luego, habrá mediadores y agentes internacionales que intervengan y alcen su voz. E importante: la organización ha tenido un giro marxista (ideológico) en sus discursos, lo que invita a pensar que sus actos van a estar más marcados por la reflexión.

El Gobierno sabe que la base social de apoyo con que goza ETA es amplio, que además mantiene su capacidad de matar y que cuenta con dinero para aguantar un proceso dilatado en el tiempo. Por su parte, ellos comprenden que su momento se ha terminado y que su lucha de liberación ha fracasado. Así lo entienden también más de 100 presos que han abandonado sus filas. Los primeros pasos los veremos en los movimientos de los partidos del arco parlamentario vasco y lo harán con eufemismos que sustituyan a palabras como negociación o contrapartidas. Y sobre todo, en estos momentos es un clamor hasta dentro de sus filas el que cese la violencia.

Por otro lado, es de conocimiento público que a muchos exconcejales amenazados se les ha retirado la escolta y que obras como las del TAV, tradicionalmente muy vigiladas, han reducido también la seguridad. Son señales, sólo señales. Como lo es la indiferencia. ETA lo sabe. Sus acciones generan cada vez más indiferencia. Podrán asesinar o destruir terminales de aeropuertos, pero sus actos cada vez interesan menos. Hace tiempo que perdieron la calle.

Las víctimas, por su parte, guardan un silencio poco habitual en otros tiempos. Y lo hacen en unos momentos en que se están negociando jugosas contrapartidas económicas en concepto de indemnizaciones -que nunca podrán sustituir las pérdidas ocasionadas- en el trámite parlamentario de la ley. Lo dicho: son sólo señales, pero algo se está moviendo, y son los albores.