Desde hace casi 40 años en la localidad de Torremocha de Jadraque, unos jóvenes naturalistas y aficionados por las aves comenzaron a estudiarlas mediante el anillamiento científico. En la actualidad, la estación de anillamiento «Hortensis» se ha convertido en la más longeva de la provincia, y es un referente para el estudio de la fauna alada
En los primeros años de la década de los 80 unos jóvenes aragoneses y madrileños comenzaron a estudiar las aves que se encontraban en el municipio de Torremocha de Jadraque, lugar en el que coincidían en distintos períodos del año, principalmente en verano.
El anillamiento científico es un método de estudio, por el cual se individualiza las aves mediante la colocación de una anilla metálica en una de sus patas, en la que se puede leer una inscripción alfanumérica que la diferencia de las demás. Mediante esta técnica se consiguen datos relevantes sobre la biología, fenología, migración, dinámica de poblaciones y otras cuestiones fundamentales que servirán para aplicar medidas de conservación para las poblaciones de aves.
Esta labor ha sido desarrollada por miembros de los grupos de anillamiento de Aragón y el grupo de anillamiento ÁLULA (Asociación para el Estudio y la Defensa de la Naturaleza), como organizaciones capacitadas y autorizadas legalmente para desarrollar esta actividad.
Ya ha llovido desde entonces, y en la actualidad son casi 10.000 aves anilladas, representando un 80 % de estas las marcadas por ÁLULA. A la vez se ha generado un buen número de controles o recuperaciones de aves, entre distintas zonas del continente europeo y entre algunas localidades de la península. Cabe destacar la recuperación de una collalba gris (Oenanthe oenanthe) anillada en Torremocha de Jadraque y recuperada en Marruecos, o la de un carricero común (Acrocephalus scirpaceus), un ave de apenas 12 gramos que fue anillado en Suecia y controlado en la estación, habiendo recorrido 2.294 kilómetros.
El significado del término “Hortensis” para la estación, se explica por el nombre de la especie protagonista, la curruca mirlona (Sylvia hortensis). Este término latino significa “de huerto o de jardín”, haciendo alusión con gran acierto, a los hábitos de estas aves en los lugares donde la podemos encontrar.
El municipio de Torremocha de Jadraque cuenta con una zona donde se reproduce, eligiendo preferentemente el hábitat forestal, de poca densidad o con claros, compuesto por encinas (Quercus ilex) y quejigos (Quercus faginea), prefiriendo esta especie los bordes de estas formaciones arbóreas. Cabe resaltar en este ecosistema la presencia de una flora de gran interés, y especialmente la de algunas especies de orquídeas bastante escasas.
Una vez que estas aves acaban su reproducción, y se acerca la fecha de partida hacia el sur para pasar el invierno, realizan un movimiento diario a otra zona del término municipal muy cercana al casco urbano. Esta lugar, conocido por el topónimo de “Los Cerraos” se puede denominar como “área de engorde”, coincidiendo con la maduración de las bayas de algunos arbustos, como el saúco (Sambucus nigra) y la zarzamora (Rubus ulmifolius).
Estas aves aunque principalmente son insectívoras, adaptan su alimentación en esta época del año a la disponibilidad de estos frutos, que les aportan energía y reservas suficientes para iniciar el viaje migratorio.
Más de 650 currucas mirlonas se han marcado en Torremocha de Jadraque, lo que la convierte en una de las especies más anillada en toda la historia de la estación, y posiblemente la localidad con más anillamientos para la especie en España.
Esta circunstancia empujó a los investigadores de la estación a hacer un esfuerzo mayor para recabar más datos de la especie, y descubrir algunos de los aspectos poco conocidos, sobre su biología reproductora y migratoria.
La Estación “Hortensis” en Torremocha de Jadraque, se ha convertido en un referente en la provincia de Guadalajara y una auténtica escuela de investigación ornitológica. Con una ubicación privilegiada, a caballo entre la serranía y la campiña, y con un medio natural de gran valor, también funciona como estación de educación ambiental, y por ella han pasado pequeños y mayores interesados por el mundo de las aves.
ÁLULA, cuenta con el apoyo administrativo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, mediante las autorizaciones que emite a esta asociación para el desarrollo de la actividad, por lo que le trasmite su agradecimiento. Esta humilde Asociación ha elaborado unas camisetas del proyecto “Hortensis” para intentar recaudar fondos para hacer más llevaderos los esfuerzos e invertir en conservación del medio natural. Su mail de contacto es [email protected]
Desde ADEL Sierra Norte se promocionan las actividades educativas, de investigación y conservación, anteponiendo siempre el respeto y las buenas prácticas en el medio natural.
Fuente Comunicae
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