Estado de situación precaria.-

Actualmente tengo 43 años y llevo desde Noviembre del 2008 desempleado, (o sea tres años sin encontrar empleo); desde que se terminara mi contrato de trabajo en la anterior empresa de seguridad en la que prestaba mis servicios y la misma no me lo renovara como indefinido.
Afortunadamente mi esposa Cynthia todavía continúa trabajando de administrativa en una empresa de servicios que aunque no se encuentre satisfecha ni con su trabajo ni con su jefe, se mantiene “aguantando el temporal”.

A veces llega a casa toda disgustada porque ha tenido “un día de perros” o porque las condiciones en las que trabaja son insalubres, con un almacén plagado de ratones y cucarachas y que el jefe no le dé la gana hacer una desinsectación como es debido.

Ratones y Cucarachas

Cynthia se levanta a las seis de la mañana para asearse y vestirse, para tomar el autobús que le llevará a la otra punta de la ciudad donde trabaja. A veces si dispone de 10 minutos antes de las 8 horas le gusta entrar en una cafetería para tomarse un cortado (ese es su desayuno). A las 14 horas sale de la empresa para comer teniendo hora y media para ello; suele ir a una casa de comidas vecina donde ya aburrida de comer una y otra vez siempre lo mismo, y es que el presupuesto no da para más y en alguna ocasión la he acompañado yo en su hora libre y hemos ido a un restaurante chino.

Restaurante Chino

Lamentablemente para primeros de Diciembre el almacén de la empresa se desplazará de la ciudad a las afueras de un polígono industrial. Mi esposa dice que tiene difícil el desplazamiento ya que pasa un metro y que hay que solicitar la parada para después recorrer dos kilómetros a pié hasta la nave industrial donde ella trabaja.

Estuvimos con el coche este fin de semana para ver sobre el terreno el recorrido y las instalaciones y me di cuenta de que no podía permitir que mi esposa hiciera ese recorrido cada día por el polígono industrial ella sola. Y es que Cynthia no tiene permiso de conducir y ni siquiera sabe conducir una bicicleta.

Desplazamiento en moto

Al principio cobraba la prestación por desempleo pero al año y medio finalizó la misma y no tuve derecho a subsidio ya que no somos una familia con hijos. Desde entonces subsistimos con el sueldo de mi esposa y mis ahorros. Desgraciadamente mis ahorros están bajo mínimos y del sueldo de mi esposa me hace entrega 800 Euros quedándose ella 200 Euros para sus gastos personales. Con esos 800 Euros tengo que pagar multitud de gastos, como son los recibos del agua, luz, gas, pero no solo de aquí, de donde vivimos, sino de la parcela en la montaña y el piso en el pueblo. Cuando no te viene los seguros del coche y la moto o los impuestos municipales, eso sin contar con los gastos de ropa y comida.

He intentado desprenderme vendiendo algún inmueble pero tal y como está la crisis no lo vendes ni “regalado”.
Para más “INRI” lo he consultado con mi psiquiatra y me ha aconsejado que solicite la invalidez por minusvalía. Así lo hice, seguí su consejo y me dirigí a Asuntos Sociales donde me informaron de los informes y documentos que debía presentar para ello.

Una vez presentado esperé 6 meses a que me llamara el Tribunal Médico. Me presenté al reconocimiento y pasé por tres evaluaciones.

Reconocimiento Médico

esta última alegó que no me concederían bajo ninguna circunstancia la incapacidad laboral ya que estaba desempleado y de esa manera no sirve; pero que me concederían un grado de minusvalía a partir del 33% que es el mínimo y que con el mismo obtendría bastantes beneficios.

A los quince días fui al Centro de Reconocimiento para saber el resultado pero me dijeron que el mismo estaba en estudio y que a lo largo de este mes me lo notificarían, por lo que me quedé sin saberlo. Tendré que esperar de 10 a 15 días más para averiguarlo lo que no sé es cuánto tiempo podremos aguantar mi esposa y yo en esta situación de precariedad.

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