El pasado 22 de enero, Washington DC (Estados Unidos), fue escenario de la Marcha por la Vida
2015, una nueva concentración multitudinaria de más de 200.000 personas
-mayormente jóvenes de 12 a 18 años-, que coreando “¡Somos la
generación provida!” rechazó el aborto, despenalizado en 1973 con el fallo Rode vs Wade.
Esta marcha, apoyada por el Papa Francisco desde su cuenta de Twitter,
se realiza todos los años el 22 de enero o cerca a esta fecha, pues es
el día en que la Corte Suprema de Estados Unidos tomó la decisión que
extendió el aborto a todo el país.
La presidenta de la Marcha por la Vida, Jeanne Monahan-Mancini,
alentó a los participantes a cumplir la misión de concientizar al mundo
de que el aborto es un acto de violencia, para el niño por nacer, pero
también para la madre que se somete a esa práctica.
Como en años anteriores, las multitud se destacó por el alto número de
estudiantes. También estuvieron presentes aquellas personas que vivieron
en carne propia las consecuencias del aborto, que a través de pancartas
expresaban "Me arrepiento de mi aborto" y "Los hombres lamentan la
paternidad perdida”. "Hemos venido a representar a los no nacidos que no pueden expresarse
por sí mismos. Hemos venido a celebrar la vida y a llorar a los millones
de bebés muertos por el aborto”, señaló Jeanne Monahan. "Hemos venido a
decirle al mundo que el aborto es malo y que toma vidas inocentes. Esto
tiene que parar ", añadió.