WASHINGTON (AP) – Estados Unidos y Corea del Sur se esfuerzan por mantener la muy anticipada cumbre de Estados Unidos con Corea del Norte encaminada, incluso después de que el presidente Donald Trump dijo bruscamente que “hay una gran posibilidad” de que no suceda como estaba previsto.
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, le recordó a Trump el martes acerca de las apuestas en el cielo, diciendo: “El destino y el futuro de la península coreana dependen” de la reunión.
La cumbre del 12 de junio, planeada para Singapur, ofrece una oportunidad histórica para la paz en la península, pero también el riesgo de una falla diplomática épica que le permita al norte revivir y avanzar en su programa de armas nucleares.
Funcionarios estadounidenses dicen que los preparativos aún están en curso. El secretario de Estado Mike Pompeo, que comparecerá el miércoles ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dijo: “Seguimos adelante”.
La nueva vacilación de Trump pareció reflejar los recientes reveses en los esfuerzos por lograr la reconciliación entre las dos Coreas, así como la preocupación de si el autoproclamado negociador puede entregar un acuerdo nuclear con Kim Jong Un, del Norte.
Sentado en la Oficina Oval con Moon Jae-in el martes, Trump dijo que Kim no había cumplido las “condiciones” no especificadas para la cumbre. Sin embargo, el presidente también dijo que creía que Kim era “serio” sobre las negociaciones, y Moon expresó “toda confianza” en la capacidad de Trump para celebrar la cumbre y lograr la paz.
El presidente Donald Trump dice que la cumbre prevista en Singapur con Kim Jong Un, de Corea del Norte, “podría no funcionar”, y el presidente sugirió que podría retrasarse. (22 de mayo)
“No tengo dudas de que podrá … lograr una hazaña histórica que nadie había logrado en las décadas pasadas”, dijo Moon.
Funcionarios estadounidenses dijeron que los preparativos para la cumbre aún estaban en marcha a pesar del reciente pesimismo, y sugirieron en privado que habría maniobras públicas adicionales, ya que ambas partes buscan maximizar su influencia. Ambas partes en las conversaciones invierten en la celebración de la reunión, con Kim viendo una oportunidad para la legitimidad internacional y Trump la posibilidad de asegurar la estabilidad coreana, y tal vez un Premio Nobel de la Paz.
Trump sugirió que la cumbre podría retrasarse en lugar de cancelarse: “Puede que no funcione el 12 de junio, pero hay muchas posibilidades de que tengamos la reunión”.
No detalló las condiciones que había establecido para Kim, pero dijo que si no se cumplen, “no tendremos la reunión”. La secretaria de prensa Sarah Sanders dijo que Trump se refería al compromiso de discutir seriamente la desnuclearización.
El escepticismo sobre las intenciones del Norte ha aumentado en las últimas semanas después de que el gobierno de Kim se retiró de las conversaciones de paz planeadas con el Sur la semana pasada, objetando los ejercicios militares conjuntos programados desde hace tiempo entre las fuerzas estadounidenses y surcoreanas. El Norte también amenazó con abandonar la planeada reunión Trump-Kim sobre la insistencia de Estados Unidos en desnuclearizar rápidamente la península, emitiendo una declaración duramente redactada que la Casa Blanca desestimó como una táctica de negociación.
Trump expresó su sospecha de que los recientes comentarios agresivos del Norte fueron influenciados por el viaje no anunciado de Kim a China hace dos semanas, el segundo en muchos meses. Trump dijo que había notado “un pequeño cambio” en la actitud de Kim después del viaje.
“No me gusta eso”, dijo.
El presidente agregó que esperaba que el presidente chino Xi Jinping estuviera comprometido con el objetivo de desnuclearizar la península de Corea, llamándolo “jugador de póquer de clase mundial”. Trump dijo que estaba disgustado por el ablandamiento de China de las medidas de imposición de la frontera contra Corea del Norte.
Trump alentó a Kim a centrarse en las oportunidades que ofrece la reunión y a llegar a un acuerdo para abandonar su programa nuclear, comprometiéndose no solo a garantizar la seguridad personal de Kim, sino también a pronosticar una revitalización económica para el Norte.
“Garantizaré su seguridad, sí”, dijo Trump, señalando que la promesa estaba condicionada a un acuerdo para completar la desnuclearización, verificable e irreversible. Trump dijo que si se llega a tal acuerdo, China, Japón y Corea del Sur invertirían grandes sumas para “hacer grande a Corea del Norte”.
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El escritor de Associated Press Ken Thomas contribuyó con este informe.
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