Todo aquel que reclame el valor de lo público, y en eso la izquierda se lleva la palma, debe saber que lo público es el producto del esfuerzo de todos, que, con mayor o menor sacrificio, contribuimos a las arcas del Estado para el bienestar de toda la comunidad. Por todo ello cabe suponer que quien gestione el producto del esfuerzo de todos tenga, al menos, moralidad.
Eso es lo que tiene que ofrecer la izquierda que tanto reclama la gestión de lo público. Si carece de moral, no puede gestionar lo público, queda incapacitada, de ahí que la moral debiera ser el mayor activo de la izquierda. Si lo pierde, pierde todo su fundamento.
Nos hemos enterado recientemente que un pequeño municipio andaluz, de poco más de 6.000 habitantes, Bormujos, se había declarado en quiebra por la delictiva gestión del anterior gobierno socialista, que había dejado un pufo de 70 millones de euros, es decir, 11.000 por habitante. Entre algún dato curioso encontramos que el alcalde socialista cobraba más que ningún otro alcalde de España, unos 10.000 euros al mes, sólo en el sueldo, se gastó en comidas algo más de 200.000 euros ¿Que hace un alcalde y compañia comiendo tanto?. Este derroche inmoral del dinero público, norma habitual en los cargos públicos, es pura delincuencia.
La inmoralidad en el manejo de los fondos públicos ha llevado al país a la ruina. Lo han dejado seco y ha sido el elemento principal para que España esté en bancarrota con miles de familias pasando hambre, niños que no pueden comer en el colegio porque sus padres no pueden pagar el comedor, ciudadanos que han sido desahuciados y que mueren en la calle, como el caso de un chico de Teruel que murió de frio en su caseta de 4 m2 porque lo habían desahuciado al quedarse en paro, gente que se suicida, etc.....
Estos criminales inmorales se encubren y se esconden tras el partido y la ideología para pervertir el orden de las cosas y decir que lo que hacemos los ciudadanos son maniobras de intimidación como los criminales nazis. Y es precisamente este discurso el más nazi de todos, invertir el orden moral para que las victimas, después de haber sido saqueadas, robadas, engañadas, desahuciadas y asesinadas, tengan que sentirse culpables por protestar contra todo esto y sus responsables. Ese es el auténtico discurso nazi: hacer aparecer a las victimas como los culpables y a los verdugos como los inocentes.
Esto es una prueba evidente de que éste régimen de corrupción no sólo lo es en lo económico y en lo político sino en lo más importante y peligroso, en lo moral No hay moral, han perdido las certezas morales y ya no saben distinguir entre el bien y el mal.
Se trata de no dejarnos manipular, hay sólo dos bandos, el de los inmorales, que se lo han llevado todo, y el de las victimas, que tienen que levantarse y combatir a estos neonazis disfrazados de demócratas.
Carlos RH