El Bósforo (que en turco se llama Boğaziçi y quiere decir 'Entrada de los bueyes o toros') es un estrecho que divide en dos partes la ciudad de Estambul, conectando al mar de Mármara con el mar Negro y separando físicamente Asia de Europa. Su forma curvada ha hecho que tenga el sobrenombre de 'Cuerno de Oro' por la analogía con la entrada de bueyes, y por el reflejo del sol al atardecer.La tan famosa Santa Sofía y Mezquita Azul, no dejan indiferente a ninguno; sin embargo, el Palacio de Dolmabahce, fué lo que más me impresionó de todo el viaje, por su incontenible belleza y su magestuosidad sin llegar a ser ostentoso. En el Gran Bazaar, con sus 4525 tiendas, es imposible pasar de largo y no comprar algo. Su cerámica, cuero, alfombras y 'buenas imitaciones' de las grandes marcas, sacian a todo comprador compulsivo. Pude poner en práctica las oscuras y secretas técnicas de regateo que mi padre en Túnez me enseñó.Sin duda es una de las ciudades a la que estoy seguro que volveré.
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