El pasado miércoles 22 de mayo el presidente turco Erdoğan decía ante una audiencia de magistrados y juristas que ninguna institución judicial o juez está obligado a tomar decisiones en línea con los intereses de un partido, político o persona, incluido él mismo, una declaración dirigida a sus oponentes políticos por las críticas que han vertido sobre la Junta Electoral Central (YSK por sus siglas en turco) tras su decisión de invalidar las elecciones municipales del 31 de marzo de Estambul, que la oposición ganó por la mínima, y fijar unos nuevos comicios para el 23 de junio.
Las palabras de Erdoğan sobre la necesidad de respetar la independencia del poder judicial no han dejado a nadie indiferente. Suenan chocantes por la idea que podría tenerse del contexto político y de la prácticamente inexistente separación de poderes en el país. Sin embargo, las elecciones del próximo 23 de junio y la reacción del candidato a la alcaldía del Partido Republicano del Pueblo, Ekrem İmamoğlu, han dejado entrever la estrategia del bloque opositor frente a la farsa democrática de Erdoğan. Turquía no pasa por su mejor momento y todos los actores se juegan mucho en la conquista de Estambul. Medir...
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Estambul, la última oportunidad para la democracia en Turquía fue publicado en El Orden Mundial - EOM.