Estambul quinto día

¡Hola amigos! Siguiendo con el relato de mis días por Estambul, hoy es muy especial pues conocería el Mar Negro, desde pequeña siempre tuve debilidad por conocer los mares del mundo, entre ellos éste, así que hoy sería de esas jornadas que uno recordará hasta el final de tus días. 
Amanecimos nuevamente con nevada, es lo que tiene viajar en pleno invierno jajaja, entonces dudábamos que salgan los ferrys, al llegar al Puente de Galata todo funcionaba con normalidad, así que nos montamos a vivir esta experiencia saliendo desde el embarcadero de  Eminönü a conocer el Mar Negro.
 Nuestro ferry
El trayecto hasta llegar al último pueblo del Canal del Bósforo antes de la desembocadura con el Mar Negro dura poco mas de  dos horas. El trayecto aunque con lluvia y nieve  fue de lo mas tranquilo, con un rico café caliente en cubierta miramos la infinidad de minaretes de las mezquitas, saber que estas navegando entre dos continentes,una sensación única e irrepetible. Al ser un barco público la gente local subía y bajaba en  cada pueblo costero,por instantes eras testigo de su vida cotidiana. Aproximadamente el ferry  hace cinco paradas antes de llegar a destino. 

Tráfico de cargueros en el Canal del Bósforo
Castillo de Rumelia (fortaleza siglo XV)

  

• Llegamos a Rumeli Kavagi

Este pueblo es totalmente pesquero, predominan las casas de madera.En las calles los puestos ambulantes de venta de pescado y frutas es una atractivo mas. La anécdota de este día es que mi amigo José y yo eramos los únicos turistas, teníamos un par de horas lo suficiente para recorrer y almorzar  hasta la salida del ferry a Estambul.    Al final de la calle principal  se encontraba la Mezquita Rumeli Kavagi Yusuf Aga Camii (1682) pensando que  podíamos pasar, procedimos a descalzarnos y yo cubrirme con el velo, pero no se podía pues únicamente era para musulmanes, entonces nos quedamos fuera, escuchábamos como debatían entre ellos  y cuando nos dimos la vuelta para seguir camino, nos buscaron y nos hicieron entrar. Nos invitaron a esperar en un cuarto acristalado en la primera planta, siendo testigos privilegiados de toda la ceremonia, sabiendo que nos honraban a nosotros, pues en un momento uno a uno subía a darnos la mano. El imán nos regaló un corán, su libro sagrado y yo le regalé una bandera argentina.  Con el alma llena nos fuimos a almorzar frente al mar y con nostalgia dejamos la paz y tranquilidad del pueblo rumbo a la locura urbana de Estambul. 

Imágenes de Rumeli Kavagi 
Mezquita Rumeli y el Imán nos regala un Corán

• De regreso a Estambul nos perdimos en el Gran Bazar

Cuando regresamos por la tarde a Estambul, volvimos al Gran Bazar (en turco Kapalicarsi del Siglo XV), te debes bajar en la estación de tranvía llamada Bezayit.  El bazar es uno de los mercados mas grandes y antiguos del mundo  para hacer  compras de todo tipo de artesanías o  algunos recuerdos, yo me compre un par de tapices para los almohadones y algunas cosas mas, obviamente que le  regateamos a los expertos vendedores,  pero con seguridad pagamos de mas jajaja, no me cabe la menor duda. Esto es una mini-ciudad de lo grande que es, hay infinidad de pasillos, cada uno con su rubro, incluso hay una mezquita dentro. Dejamos el bazar atrás y entramos a una tetería a fumar un narguile (shisha, cachimba) de sabor manzana, estaba muy bueno, eso si al principio tosimos bastante. 

Antes de la cena recorrimos un poco mas las calles de nuestro barrio, nos metimos en un bar solo de hombres, donde estaban jugando una especie de ajedrez y nos sacamos fotos con todos. Ibamos a ir a un  baño turco (hamam) pero llegamos tarde. Era nuestra última noche y nos despedimos con mucho afecto del dueño de la tienda de debajo de nuestro piso,  donde comprabamos la comida. Shukran 

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Fotos y Textos de Alejandra Castro Nuñez, excepto mención especial.
 ©viajarcuesteloquecueste.com
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