En un mundo invadido por la calabaza del Halloween, zombis y brujas recorriendo las ciudades, aún logra sobrevivir (y por suerte!) nuestra entrañable castañera.
La castañera es una señora mayor que viste ropa vieja y que siempre lleva un delantal y un pañuelo en la cabeza. Durante esta época, visita todas las fiestas de la Castañada, regalando paperinas de castañas calentitas a todos los niños y padres. También la podréis encontrar en su típica parada de castañas de la ciudad, vendiendo además calentitos moniatos.
¿Pero sabéis lo que le pasó una vez? Cuenta la leyenda que…
“Era otoño cuando María, la Castañera, fue a buscar castañas al bosque. La tierra del bosque estaba llena de castañas que habían caído de los castaños.
- Uf. ¡Qué cansada estoy! -decía María la castañera mientras se agachaba a coger otra castaña.
Y recogió castañas hasta que llenó toda la cesta.
- ¡Ya tengo bastantes castañas! -dijo mientras salía del bosque de camino a su parada donde las asaba y vendía.
Cuando llegó a la parada, empezó a llover y María la Castañera tuvo que correr. Cuál fue su sorpresa cuando, al llegar al cobijo de su parada, vio que a las castañas les habían salido cuernos! ¡No había estado recogiendo castañas, sinó caracoles!
Al parar de llover, María la Castañera volvió al bosque para recoger más castañas. Pero ya no quería las que estaban en el suelo, que se convertían en caracoles, sinó que quería las de arriba de los árboles. ¡Pero los castaños eran tan altos! ¡María la castañera no llegaba tan arriba!
- ¿Y cómo lo haré para recoger esas castañas? -se preguntaba- Ya lo sé! Iré a buscar a mi amigo gigante!
Y así fue como María la Castañera fue a buscar a su amigo el gigante, que vivía cerquita.
- ¡Gigante, gigante! -gritaba María la Castañera- ¿me puedes ayudar a recoger castañas? los castaños son muy altos y no llego tan arriba.
- Y tanto que sí – le dijo el gigante, saliendo de su casa. Se acercó a un castaño y comenzó a balancear sus ramas, haciendo caer todas las castañas, mientras María la Castañera las recogía.
Y así fue como María la Castañera regresó a su parada con el cesto lleno de castañas. Las empezó a asar y empezó a gritar:
- ¡Castañas! vendo castañas bien buenas! acabadas de recoger del bosque! Comed que son muy buenas!.”
Y cada año, los niños y las niñas, los padres y las madres, cuando ven a la castañera le cantan esta canción:
Cuando viene tiempo de comer castañas
la castañera, la castañera
vende castañas de la montaña
en la plaza de la ciudad
La camisa le va pequeña
la falda le hace campana
los zapatos le hacen cloc cloc
y al bailar siempre gira así
Y vosotros, ¿ya habéis ido este año buscar ricas castañas a la parada de la castañera? aunque el tiempo caluroso de este otoño no acompaña mucho a esta fiesta tan tradicional…¡las castañas siguen estando la mar de ricas!
¡FELIZ CASTAÑADA A TODOS!