Revista Salud y Bienestar

Estamos perdiendo la oscuridad y el silencio

Por Doctorcasado

Estamos perdiendo la oscuridad y el silencio Foto: http://cires.colorado.edu/artificial-sky
Nuestra sociedad tiene miedo al vacío. Desde que desterró a los dioses y entronizó definitivamente al ser humano como rey del universo un terrible horror vacui nos persigue. Eso explica que necesitemos apoyarnos tanto en la luz eléctrica y en el sonido artificial permanente generando ecosistemas urbanos donde siempre es de día, siempre hay actividad, siempre hay ruido de fondo.
En la intimidad también ocurre. Llegamos a nuestras casas y encendemos televisiones y aparatos, luces eléctricas y pantallas. Salimos a la calle y nos colocamos unos auriculares o nos aseguramos de llevar alguna pantalla para los tiempos muertos que, dicho sea de paso, cada vez son más exíguos.
El exceso de luz nocturna nos dificulta ver las estrellas, epítome de sutileza y belleza inaudita cuya levedad tiene miles de millones de años y nos recuerda lo poquito que somos. Tal vez por eso han pasado de moda y el personal prefiere inclinar la cabeza para atender su whatsapp en el móvil que subir la mirada para contemplar esos astros diminutos y casi invisibles.
Nadie sabe con exactitud que efectos producirá esta tendencia. De momento sabemos que perder oscuridad y silencio causa estrés. Generamos estilos de vida más rápidos que producen cansancio, deterioro y finalmente enfermedad.
Si considera que en su vida hay demasiada prisa, mucho brillo y exceso de ruído anímese a acometer los necesarios ajustes y regálese un paseo, un buen rato de conversación o una tarde con las pantallas apagadas. Son propuestas que no le costarán dinero y que únicamente usted puede permitir que sucedan. 



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