Revista Insólito

¿Estamos siendo manejados sin que lo sepamos?

Publicado el 19 agosto 2014 por Iris Bernot @irisbernot
        Ayer vi una película de los años ochenta llamada "Ellos viven" de John Carpenter que me dejó bastante fascinada. El argumento podía parecer un poco "del montón", pero lo cierto es que era parar a meditarlo un poco. Un vagabundo buscavidas llega a la ciudad de Nueva York en busca de trabajo y un techo bajo el que dormir, y descubre a un grupo que se dedica a fabricar unas gafas de sol por las que son perseguidos por todos los estamentos de poder de la ciudad. Tras hacerse con una de ellas, se las pone, y descubre que a través de ellas puede verse otra realidad, la verdadera realidad en la que vive la ciudad, y posiblemente el mundo entero.
La realidad es que todo lo que le rodea está plagado de mensajes subliminales que instan a la población a ser obediente, complaciente y consumista en extremo, porque las clases dirigentes son extraterrestres, y quieren enriquecerse a costa del trabajo duro de los terrestres. Allí donde va con las gafas no falta un cartel, una revista, un libro o un periódico, en el que no se lancen mensajes del tipo de " sed obedientes", "resignaos", "consumid", etc... Descubre gracias a las gafas que el orden imperante consumista y discriminatorio está siendo mantenido sin ningún tipo de rebelión por parte de la población porque ésta no es consciente de que la televisión envía unas ondas a través de los televisores que adormecen la capacidad de lucha de las personas y prepara sus mentes para que los mensajes que a ellos les interesan lleguen hasta lo más profundo de cada uno de las personas que hay en cada uno de los hogares. 
      Solo es una película de ciencia ficción, pero me inquieta el paralelismo que tiene con nuestra realidad, la que todos estamos viviendo. No digo que los extraterrestres están enviando ondas a través de la televisión, ( aunque tampoco habría porqué descartarlo, cosas más raras hemos visto), pero lo que está claro es que vivimos en un sistema que nos tiene encerrados y adormecidos para que consumamos y consumamos sin parar. No me extrañaría nada que los anuncios, por ejemplo, tuvieran mensajes subliminales ocultos, pues la publicidad no está controlada por nadie porque  no interesa que lo esté. Vivimos en una sociedad en la que se castiga al librepensador, al que tiene un estilo de vida diferente al del resto, al que se cuestiona las cosas, al que busca alternativas a lo que le rodea, al que no quiere "entrar por el aro". A todo aquel que protesta por algo se le somete al escarnio público, se le tacha de "follonero" o de "problemático", y a veces hasta se le pone en tratamiento porque se le considera un enfermo mental. Tenemos un sistema que saca fuera a todo el que no tiene recursos para consumir y le condena al hambre o a vivir en las calles como si fuera basura, y que discrimina sin piedad a todo el que no puede producir de forma maníaca para que luego podamos consumir como si no hubiera un mañana. Nos instan a ser "civilizados" cuando en realidad nos convierten en personas resignadas y consentidoras de un orden de las cosas que es absurdo e inhumano. La publicidad, la programación de la televisión, los centros comerciales, la política... Todo está dirigido a que seamos como robots, todos igual de flacos y sonrientes e igual de callados. Nos dicen que protestar es de violentos cuando están ejerciendo contra muchos la peor de las violencias, o sea, la condena al hambre y al olvido más absolutos. Sacan a familias de sus casas porque no pueden pagarlas y nos lanzan imágenes de dichas familias luchando contra quienes les expulsan de sus hogares con mensajes capciosos y comentarios perversos dirigidos a que pensemos que son personas problemáticas y violentas y que por tanto no hay que ayudarlas. Nos echan la culpa de enfermar por fumar mientras siguen vendiéndonos tabaco, nos meten por los ojos cremas y productos para dietas propias del mundo de la anorexia mientras nos miramos al espejo con asco y ellos se frotan las manos por el dinero que van a ganar con nuestra baja autoestima, nos "aconsejan" vivir aquí o allá porque la calidad de vida es importante mientras destrozan las playas y los espacios verdes para hacer más casas con las que enriquecerse... 
       Si abrimos los ojos y miramos bien, seguramente veremos el mismo mundo dominado y viciado que el protagonista de la película veía con sus gafas especiales. No creo que sea tan descabellado pensar que nos están sometiendo sin que nos demos cuenta, poco a poco, que es como se hacen las invasiones más duraderas y fructíferas. Las clases dominantes, dueñas del mundo, han creado una red de mensajes que nos taladran el cerebro día a día sin que ni siquiera seamos conscientes de ello. Nos han hecho sus cómplices y no nos hemos dado cuenta de nada. Cada vez son más los que dicen que "el sistema es así y no hay nada que hacer" y menos los que deciden pensar por sí mismos y no ayudar a quienes van tejiendo la tela de araña en la que estamos atrapados. Cada son más los que toman productos que llevan soja, ácido b, ácido n, y gaitas en vinagre "porque lo ha dicho no sé quien, que es un médico que ha hecho un libro super bueno que es super ventas porque él está preocupado por la salud de la gente y no por engrosar sus bolsillos " , y menos los que comen lo que consideran que tienen que comer porque su sentido común les dice que es así como hay que comer y porque no están dispuestos a gastarse el ochenta por ciento de su ínfimo sueldo en comprar lo que algunos quieren que compren. Cada vez son más los que han decidido no pensar en nada y menos los que se plantean lo que les rodea. No sé, a lo mejor estoy desvariando y nadie nos controla, o a lo mejor es que mis gafas de sol también son un poco especiales y me permiten ver cosas que me asustan y al mismo tiempo me fascinan cada día más. ¿Estamos siendo manejados sin que seamos conscientes de ello? Yo creo que sí. Y cada día lo creo más...       

¿Estamos siendo manejados sin que lo sepamos?

A lo mejor nos inyectan el amor por las marcas que lo dominan todo desde que somos bebés...


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