En la Sala de la Princesa del teatro María Guerrero se ha presentado durante solo tres días «Estampas del teatro en los cuarenta», una pequeña, nostálgica y romántica pieza sobre una etapa muy significativa para nuestra escena. Se trata de un pequeño juguete escénico escrito por Blanca Baltés y dirigido por Roberto Cerdá creado a partir del diálogo entre cinco relevantes personajes del teatro español: Luis Escobar, Cayetano Luca de Tena, Ricardo Calvo, Lola Membrives y Celia Gámez. Los dos primeros, directores de escena, rigieron durante la década de los cuarenta los teatros María Guerrero y Español respectivamente y simbolizan la modernización, el aire fresco, los deseos de acompasar nuestro teatro a la escena internacional. Los otros tres, ilustres actores, significan la tradición, la raíz, la quietud prudente; en el caso de Ricardo Calvo, el inmovilismo.
El de Blanca Baltés es un texto erudito, que pasea por la época a través de nombres y títulos, Las figuras de Escobar y Luca de Tena se muestran como los dos pilares de la renovación, con marcada sorna el primero y empuje juvenil el segundo. Es una función hermosamente sencilla, situada en un café que se convierte en cuartel general y terreno común de los teatreros, que defienden sus ideas con tanta vehemencia como respeto (no sé si sería asi en aquella época), movida con corrección y ritmo por Roberto Cerdá, con algunos anacronismos, como la presencia en las mesas de periódicos actuales (barro para casa: ¿por qué no el ABC, el único que sí estaba en las mesas de los cafés de entonces, y que era además absolutamente referente en el teatro español? Más si, como es el caso, suena la voz en of de Alfredo Marqueríe, crítico de mi periódico durante muchos años). Pero no solo es una mirada nostálgica y evidentemente encariñada; en muchas de las actitudes y frases se encuentran ecos de nuestros propios tiempos.
No es una función, por otra parte, fácil de seguir; hay que tener las claves de los personajes, conocer la época, pero creo que también los que no la conozcan disfrutarán (espero que se reponga) de las peripecias de unos personajes bien perfilados y definidos. Antonio Gómez encarna a Luis Escobar, imitándole sin excesivo amaneramiento; Fernando Soto tiñe de entusiasmo a Cayetano Luca de Tena; y Guadalupe Lancho llena de raza y calidad musical a Celia Gámez. Junto a ellos componen el friso Elisa Marina /Lola Membrives), Rafael Rojas (Ricardo Calvo) y Juanma Rodríguez (en varios personajes).