El gobierno de derechas de Mariano Rajoy ha aprobado este viernes 24 de agosto en Consejo de Ministros una "suavización" de las condiciones que había establecido la Comisión Nacional de Competencia (CNC) a una posible fusión entre Antena 3 y La Sexta. Con esta medida, el PP sigue una clara estrategia política de control de todos los medios de comunicación y la práctica eliminación de la libertad de expresión, aunque la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría afirme que es "por razón de interés general", nada más lejos de la realidad.
De hecho, parece ser que el Gobierno lleva un tiempo presionando a la cadena Antena 3, de línea conservadora y favorable a la derecha, para que cambie la línea editorial de La Sexta en caso de producirse la fusión que ellos mismos están facilitando; ya que parece que a Rajoy y a los suyos no les hace mucha gracia que La Sexta en el uso de su libertad de expresión siga una línea editorial de centro-izquierda y crítica con las medidas neoliberales de ataque al Estado del Bienestar. Esto es una actitud bastante grave, ya que en un sistema político democrático se supone que el gobierno no debe coartar bajo amenazas y presiones que los ciudadanos tengan una información libre, crítica y lo más veraz posible, algo que actualmente brilla por su ausencia en España y el panorama parece que tiende a empeorarse.
Y desde Moncloa van más allá, también quieren que una fusión con Antena 3 sirva para eliminar o desactivar las críticas de programas como El Intermedio, presentado por el Gran Wyoming, que ya sufrió un veto mediático durante la etapa de Aznar.
Por tanto, parece que el Gobierno del PP no se conforma con controlar cadenas públicas como TVE sino que también presiona para alterar y controlar la información en medios privados (prácticamente ninguno es realmente crítico con el Gobierno ni de izquierdas), lo que demuestra la gran falta de libertad de expresión existente en nuestro país con unos medios con tendencia a ser controlados por el poder y que actúan como armas de propaganda del sistema capitalista, incluída La Sexta, que realmente tiene una línea editorial muy moderada dentro de la izquierda (la que permite el sistema) y todavía así no parece gustar mucho a los señores de la derecha que dicen que defienden tanto la democracia y el Estado de Derecho.
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