Hola amig@s, ¿cómo estáis? esta semana la comenzamos con la colaboración mensual de Mel del blog Nunca Jamás y Yo. Para todos vosotros, con toda la pasión que ella le pone a sus textos.
Os dejo con ella:
Muchas personas siguen el reloj de la tradición. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que les han enseñado a vivir la vida de una forma completamente rutinaria. En muchas ocasiones, nos han hecho creer que tenemos que ir a la universidad y encontrar un buen trabajo para ser felices. Pero esa no es la realidad. Estoy de acuerdo en que trabajar genera estabilidad económica y eso causa confianza y seguridad. Hay gente que le apasiona su trabajo, que le encanta y le fascina. Pero la felicidad, no debería depender de un empleo.
En cierta manera, como decía antes eso es lo que nos han enseñado: “si tenemos trabajo, somos felices”. Y esa afirmación puede estar muy alejada de la realidad. ¿Cuántas personas conocéis que trabajan de forma obligada porque no han encontrado una cosa que de verdad les apasione? Desgraciadamente, muchísimas. ¿Eso es felicidad? Yo creo que no. Y de ahí viene el desanimo y la desmotivación cuando no encontramos un empleo o nos despiden de nuestro puesto de trabajo. “Me han despedido, qué triste estoy”.
Sí, es totalmente comprensible la tristeza de las personas que por culpa de la crisis han sido echadas de su empleo. Pero, algunas de ellas son incapaces de avanzar y se anclan en la más absoluta desilusión y desesperanza. Soy de las que piensa que de todas las experiencias se aprende algo positivo (experiencias malas y buenas), y que los seres humanos estamos en la tierra para desarrollar un aprendizaje continuo. ¿Y si viéramos el lado positivo del despido y de no encontrar trabajo?
Muévete, haz cosas nuevas, estudia, fórmate, emprende, crea.
Un despido, nos da la oportunidad de tener más tiempo libre. Más tiempo para hacer las cosas que nos gustan, para recuperar la conexión con nosotros mismos, para recuperar los días perdidos con la familia. Para estudiar esos cursos que antes no nos daba tiempo por el exceso de trabaja. Nos permite viajar, conocer culturas diferentes. Vivir experiencias nuevas que nos llenarán de ilusión. Y sobre todo, nos da la oportunidad de llevar a cabo esa idea que teníamos desde hace tiempo en la cabeza.
Se trata de moverse, de estar activos, de no dejar de hacer cosas. Sí, nos han echado de un puesto de trabajo, pero hay infinidad de cosas que podemos hacer a modo de alternativa. ¿Y si quieres formar tu propio negocio? ¿Y si quieres volver a empezar una carrera? ¿O si te apetece ir a la universidad? Es el momento de mejorar nuestro manejo de las redes sociales, de mejorar nuestro currículum, de escribir un blog a modo de portfolio. Nunca se sabe en qué sitios vamos a encontrar nuestra pasión.
Aprende cada día cosas nuevas, vive tu vida de forma tranquila, lee, investiga y habla con la gente, para que cuando empieces a redactar todas las cosas y conocimientos que has adquirido en la época que has estado sin trabajo, una gran sonrisa aparezca en tu cara y sientas el orgullo en tu interior. Es ahí cuando te darás cuenta que has encontrado el camino de la felicidad, y eso a la hora de incorporarte en nuevo proyecto es algo fundamental.
No te frustres, la culpa no es tuya.
Seguramente, cuando te despidieron te preguntaste por qué. Estabas haciendo bien tu trabajo, estabas cualificado para ello, y nadie había tenido ninguna queja contigo. No te preocupes, la culpa no es tuya. Y desgraciadamente, aunque me duela decirlo, mucha gente está en tu misma situación. Tienes todo el derecho a desanimarte, a llorar, y a sentirse confuso. Pero recuerda una única cosa: de los malos momentos salimos siempre más fuertes, más sabios y con una energía renovada.
No voy a decirte que vas a encontrar trabajo en menos de un mes, porque eso posiblemente, sería engañarte (o quizás no), pero de lo que sí estoy convencida es que superarás esta situación de la que tú no tienes que ver. No sólo la superarás con éxito, sino que aprenderás muchísimas cosas y vivirás nuevas experiencias, y eso sin duda alguna queridos amigos, una victoria personal en toda regla.