Revista Educación

Estar o no estar

Por Siempreenmedio @Siempreblog

El verano lo paso en el pueblo de mi madre, un pequeño núcleo costero en el sureste de la isla de Tenerife que para nosotros es el paraíso. Es el mejor sitio para desconectar, hay pocas cosas que hacer más que bañarse, mariscar, pescar,  dormir la siesta, charlar y comer. Últimamente, las cañas en la playa junto a un plato de chochos o manises se han sumado a la lista. Entre semana no hay mucha gente, sólo estamos los del pueblo, los fines de semana la paz se rompe para recibir a los ‘domingueros’ que llenan la zona de baño hasta la bandera, pero el domingo por la tarde la calma vuelve a reinar.  Puede parecer aburrido, no hay muchos bares, no hay pubs ni discotecas y los restaurantes se cuentan con los dedos de una mano. Pero no los echamos de menos, es el lugar para disfrutar de los amigos y la familia.

Los que somos de aquí hemos aprendido una serie de lecciones desde que éramos chiquitos: nunca le des la espalda al mar, no te confíes cuando te bañes, vigila las olas, no te lances de cabeza si la marea está baja… muchas enseñanzas que hemos adquirido casi sin darnos cuenta y que transmitimos a nuestros hijos igual que lo hicieron con nosotros.

El mar, el sol, la tranquilidad

Mi pueblo de verano

Como todo pueblo pequeño, cualquier suceso del tipo que sea produce un efecto amplificado respecto a lo que ocurriría en una gran ciudad. Cuando la paz se rompe, nos afecta a todos como el efecto dominó. Esta semana un hombre perdió la vida en la zona de baño, se tiró de cabezas con la marea baja y ese descuido tuvo la peor de las consecuencias. Este suceso nos ha dejado completamente desconcertados, es el ‘tema’ del que todos hablan. Y sobre todo, es el tema que nos ha hecho pensar y cuestionarnos la vida una vez más.  Nos ha removido por dentro, nos ha conmocionado, nos hace sentir tan minúsculamente minúsculos… ¿Cómo es posible que podamos estar aquí divirtiéndonos, tomando cañas, riendo y charlando con los amigos y la familia, disfrutando de la paz y, en un momento, dejemos de estar?

 


Volver a la Portada de Logo Paperblog