El agua potable resulta vital para la vida, tanto la de los seres humanos como de las plantas y animales que comparten este punto azul del cosmos, que por ahora, es el único sitio que conocemos apto para habitar. La contaminación de las aguas puede ser la clave del exterminio de la vida en la Tierra.
Basuras de todo tipo que acaban en ríos, océanos y mares, detritos industriales que se vierten sin ningún proceso de descontaminación en la primera corriente que hay a mano, pesticidas de alta toxicidad que se usan con impunidad y cuyos residuos terminan en las capas freáticas o directamente en las aguas cercanas, eliminación de gases a la atmosfera que acaban en lluvias ácidas; éstas y muchas más pueden ser las causas de que se extinga la vida por falta de agua potable.
En las siguientes fotos es posible apreciar no solo que la contaminación del agua es un problema real al que pocos gobiernos del mundo ponen coto, sino que la misma naturaleza está rebelándose contra los ataques que sufre por la mano del hombre.
En muchos lugares de la Tierra, la cantidad de basura que se tira termina acumulándose en los ríos y corrientes de agua no solo contaminándolos, sino haciendo prácticamente imposible la vida de quienes dependen de su salubridad para subsistir: personas, plantas y animales.
Las fuentes de agua potable solían ser los ríos cercanos a las poblaciones, pero debido a que la mayoría de éstos han terminado con unos niveles de contaminación alarmantes, se ha tenido que recurrir a otros métodos para purificar las aguas. Esto las encarece y hace que muchas personas no puedan acceder a ella.
Y lo más preocupante es que los vertidos ilegales se hacen ante la vista de todos, amparados por los gobiernos que miran para otro lado, por muchos habitantes de los lugares que temen por los puestos de trabajo que dan estas industrias o simplemente no les importa o ignoran la magnitud de estos contaminantes, a excepción de un puñado de personas que luchan por revertir las situaciones y conseguir la aplicación de medidas efectivas que ataque a las causas, no solo a las consecuencias.
Por poner un ejemplo: el río Santiago en México está tan contaminado que es hasta peligroso respirar los vapores que emite. Los peces hace ya años que brillan por su ausencia y sobre la superficie del agua solo se ve una capa de espuma producto de los químicos que se vuelcan hasta hoy con completa impunidad.
Y aunque suene alarmista, ese punto de inflexión está a la vuelta de la equina. Al paso que vamos, en unos años no quedará agua potable y los costos por lograr que sea salubre aumentarán de tal manera, que tomar un vaso de agua pura será un privilegio de pocos.
Fuente: medio ambiente