Estoy en una reunión, en la peluquería, en el pediatra, en el bus, caminando por la calle, corriendo a uno de los chicos que se me escapa, bajando del auto con bolsas, hijos y poco tiempo, intentando no matar a nadie con el paraguas de la pequeña, llevando el auto al taller mecánico o en cualquier lugar y siempre, siempre, siempre hay alguien que tiene mucho pero mucho que opinar, preguntar y cuestionar acerca de mi maternidad numerosa.
- Cuánto papel higiénico usas?
- ¿Cómo haces para pagar el colegio?
- ¿Los querías a todos?
- ¿Qué auto tienes? ¿Cómo entran?
- ¿Son todos del mismo papá?
- ¿Cómo haces? Si yo con uno ya me vuelvo loca.
- ¿Cuánta leche usas por semana?
- ¿Quieres que te regale una televisión?
- ¿Sabes cómo hay que cuidarse?
- ¿Y vas a seguir buscando?
- ¿A cuál quieres más? ¿O menos?
- ¿Le festejas el cumpleaños a todos?
- ¿Cuántas veces por semana te llaman de la escuela?
- ¿Siempre hay alguno enfermo? ¿No?
- ¿Querías una familia tan grande?
- ¿Son todos tuyos?
- ¿Al más chico le compras ropa nueva o es toda pasada?
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