Desde entonces, los gays de Chechenia han descrito torturas brutales por parte de las autoridades. La periodista que dio a conocer la historia ha tenido que huir de su casa, y personalidades internacionales como Nikki Haley, el embajador de Estados Unidos en la Unión Europea, han denunciado la violencia.
Una víctima entrevistada por la organización Human Rights Watch dijo que las autoridades le habían tratado, a él y otros que habían sido detenidos, "como animales".
"Palizas, descargas eléctricas... que yo pude soportar, yo era fuerte. Pero la humillación es insoportable", dijo. "La [policía] nos escupió en la cara, nos llamó cosas asquerosas y ofensivas, nos obligaba a asumir posturas humillantes... cuando por fin me liberaron estuve a punto de ahorcarme. No puedo vivir con esto. Sencillamente no puedo".
Según un informe de The Guardian, podrían haber secuestrado a varios cientos de hombres.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Empecemos: Chechenia es una república de mayoría musulmana al sur de Rusia, donde en las décadas de 1990 y 2000 las tropas rusas combatieron en dos guerras muy sangrientas contra los separatistas.
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Los rebeldes querían que la zona se convirtiera en un país independiente. En las dos guerras murieron decenas de miles de personas y no acabaron en una independencia completa. A día de hoy Chechenia pertenece a Rusia, pero tiene autonomía para administrar sus propios asuntos. Sus aproximadamente 1,4 millones de habitantes son ciudadanos rusos, aunque muy pocos son de etnia rusa.
¿Quién dirige Chechenia? Ramzan Kadyrov, un hombre fiel al régimen del Kremlin e Instagrammer prolífico, al que se le acusan de numerosas atrocidades y abusos contra los derechos humanos. Llegó al poder en 2007.
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Básicamente, el presidente ruso Vladimir Putin ha hecho un trato con Kadyrov: mantén los separatistas a raya y Moscú te dejará hacer lo que quieras.
Esto significa que, incluso antes de realizar las redadas contra homosexuales, las autoridades de Chechenia ya actuaban con impunidad, realizando "ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, tortura y un trato cruel y degradante" durante dos décadas, según Tanya Lokshina de Human Rights Watch.
"Las autoridades locales oprimen de manera despiadada y absoluta a las personas que se muestran críticas y a cualquiera cuya lealtad absoluta a Kadyrov consideren cuestionable", declaró Lokshina en enero.
No es fácil ser LGTB en Rusia, y mucho menos en Chechenia, donde la sexualidad de una persona puede poner en peligro las perspectivas matrimoniales de sus hermanos y hermanas y puede provocar el chantaje por parte de las autoridades.En Chechenia las redadas comenzaron cuando los activistas del grupo GayRussia solicitaron permisos para realizar desfiles del orgullo gay en varias ciudades del país, incluyendo Nalchik, en la república colindante de Kabardino-Balkaria. Vladimir Klimov, el activista que realizó la solicitud el 9 de marzo, se encuentra a unos 1400 km de distancia, en la región de Sverdlovsk.
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El 10 de marzo se publicó una copia de la solicitud en la web VKontakte, en un grupo para personas gays del Cáucaso, con el comentario: "¿Esto es verdad?"
"Si es así, ya te puedes olvidar de las redes sociales y quedarte tranquilo sentado en casa mientras te haces una paja viendo porno, porque el escándalo que se va a producir en todo el Cáucaso va a despertar la homofobia", escribió un usuario de VK.
La solicitud fue denegada: las autoridades citaron los "valores familiares tradicionales" de la región en una declaración que indicaba que "realizar eventos que hagan propaganda directa o indirecta de la idea de LGTB es inaceptable". Klimov contó en la web Caucasian Knot que, tras haber cumplimentado la solicitud, comenzó a recibir amenazas por teléfono y en diversas plataformas de mensajería por parte de personas de la región.
El líder de GayRussia, Nikolai Alexeyev, que tiene su base en Moscú y es una figura controvertida en los círculos de activistas LGTB (ver la foto sobre estas líneas), indicó a Novaya Gazeta que solicitar permiso a las autoridades para celebrar eventos LGTB en Rusia forma parte de una estrategia para recoger denegaciones para una causa que quieren presentar ante el Tribunal de Derechos Humanos.
Según escribió una persona en un grupo LGTB en la red, organizar un desfile del orgullo gay en Nalchik sería como arrojar "una cerilla a un pajar. Ni una sola persona gay del Cáucaso va a participar en esto... Mejor sería que dejen en paz al Cáucaso y no líen las cosas aquí. Porque somos nosotros los que vivimos aquí y tenemos que cargar con las consecuencias".
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Mientras tanto, la respuesta oficial de las autoridades chechenas a los informes fue que en Chechenia no hay hombres gays, pero si los hubiera sus familias ya los habrían enviado "a algún lugar del que no se vuelve".
"No puedes arrestar o reprimir a personas que simplemente no existen en la república", declaró a Interfax Alvi Karimov, el portavoz de Kayrov. "Si existiera ese tipo de gente en Chechenia, los órganos encargados de hacer cumplir la ley no tendrían nada que hacer, porque sus propios parientes les enviarían a algún lugar del que no es posible volver".
También citó el alto índice de natalidad de la república como prueba de que ahí no hay hombres gays, ya que dejar embarazada a una mujer es obviamente incompatible con sentir atracción hacia personas del mismo sexo.
Desde entonces las cosas fueron a peor: El 3 de abril 15 000 personas acudieron a una manifestación televisada en Grozny, la capital de Chechenia, donde un asesor de Kayrov había acusado a Novaya Gazeta de difamación y había llamado a sus periodistas "enemigos de nuestra fe y de nuestro país".
El periódico, famoso por encontrarse entre los practicantes más activos del periodismo de investigación en Rusia, anunció que temía por la vida de sus reporteros. Ya hay precedentes de ataques contra su plantilla: la periodista de Novaya Gazeta Anna Politkovskaya, que dio cobertura a los abusos contra los derechos humanos en Chechenia, fue asesinada a tiros en su propio apartamento en 2006.
El 18 de abril, Nikolai Alexeyev, el activista responsable de impulsar redadas contra la gente LGTB en toda Rusia, anunció que demandaba a Novaya Gazeta por vincularle con la violencia, y dijo que "no había datos confirmados de que en Chechenia se esté enjuiciando a los gays".
En una reunión con Putin el pasado miércoles, Kayrov negó vehementemente los informes que indicaban que Chechenia abducía y torturaba a personas LGTB, e indicó que "resulta incómodo incluso hablar de esto".
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Kadyrov dijo que los artículos sobre las redadas eran una provocación, aunque Putin no llegó a preguntarle acerca de estos informes. Pero Tanya Lokshina, de Human Rights Watch, dijo que el hecho de que hubiera salido el tema "era probablemente el resultado de una presión internacional consolidada y persistente", y añadió que "el Kremlin no veía tanta indignación contra Chechenia desde hace muchos años".
La oficina del fiscal del estado de Rusia declaró que el fiscal regional de Chechenia ha abierto una investigación sobre los presuntos abusos. Pero el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, indicó el jueves que los investigadores no han encontrado evidencia de redadas auspiciadas por el estado, ni tampoco de torturas o asesinatos de personas LGBT en Chechenia. "La confirmación de Kadyrov de que todo se realizará dentro de un marco legal fue, por supuesto, aprobada por el presidente", añadió.
Mientras tanto, la organización Russian LGBT Network afirma conocer los casos de unas 60 personas que han sido perseguidas por las autoridades a causa de su "homosexualidad real o asumida" y que necesitan ayuda para comenzar vidas nuevas fuera de Chechenia.
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"Algunas de estas personas siguen en la zona y necesitan ser evacuadas urgentemente. Otras han conseguido reubicarse, pero aun así necesitan más ayuda", dijo el grupo en un comunicado publicado en su sitio web el 17 de abril.
Las personas LGTB de Chechenia utilizan apps de mensajería para avisarse entre ellas sobre las redadas y de las trampas que ofrecen "ayuda", y para confirmar qué tipo de ayuda es de fiar.
"Si todas las organizaciones internacionales clave y todas las instituciones internacionales siguen planteando esta cuestión ante el Kremlin, el presidente ruso se verá obligado de una manera o de otra a poner fin a la purga anti gay de Kayrov", escribió Lokshina en una columna en el periódico Moscow Times.
En el momento en que se escribió este artículo, el gobierno de España aún no se ha pronunciado sobre la situación en Chechenia.