La celebración de los campamentos para niños y jóvenes ha estado pendiente de un hilo hasta el último momento. Y lo cierto es que la mitad de los campamentos que se organizan cada temporada este año no abrirán. La causa, según el Colectivo Nacional de Campamentos de Verano, está en el retraso en la publicación de los protocolos sanitarios por parte de las comunidades autónomas, lo que no ha permitido a las empresas poder organizarse ante esta situación tan atípica. El Ministerio de Sanidad publicó en el BOE el protocolo del Gobierno el 30 de mayo pasado en el que se indicaba que cada una de las comunidades debería adoptarlo en función de la situación epidemiológica de su territorio. Las hubo más tempraneras, como la Comunidad de Madrid y la Junta de Castilla y León, y otras más lentas, como la valenciana.
Pero ha habido un importante número de empresas organizadoras de campamentos de verano, ya sean pernoctas, urbanos o virtuales, que han reaccionado con gran dinamismo y han sabido adaptarse a los tiempos actuales en tiempo récord. Algo verdaderamente importante para numerosas familias, primero por la necesidad de que los niños y jóvenes puedan divertirse y volver a socializarse después de un tremendo confinamiento de tres meses. Y segundo, por la ayuda a la conciliación familiar, sobre todo en los casos donde los dos padres trabajan, pero también por la necesidad de los progenitores de darse un respiro.
Seguridad, seguridad y seguridad
El denominador común que destacan los organizadores de campamentos de verano ha sido implantar todas medidas necesarias para que la asistencia de los niños sea lo más segura posible. Es el caso de Camp Tecnológico que ha ampliado su oferta de manera muy segura: hay campamentos urbanos presenciales en 12 sedes (Bilbao, Donostia, Vitoria-Gasteiz, tres en Madrid, tres en Barcelona, Toledo, Santander y Valencia) y campamentos online (dirigidos a todos los lugares de la geografía).
No se queda a la zaga la Academia de Inglés, que durante estos meses organiza un campamento de verano de inmersión lingüística en la bella localidad cántabra de Vega de Liébana (Potes), un pueblecito muy tranquilo con mucha seguridad para los niños, en un albergue turístico de 110 plazas -con todas las comodidades, seguridad y servicios- en plenos Picos de Europa. Inmersos en el idioma de Shakespeare, vivirán además experiencias muy merecidas tras un curso que ha sido difícil para ellos y en el que se han esforzado desde casa con sus estudios. Un plan merecido y reconocido.
En la misma línea, en plena naturaleza y en un lugar único, en el exclusivo marco del club social y deportivo Las Encinas de Boadilla, en un programa orientado a entretener, divertir y fomentar la amistad -filosofía y premisa de este histórico Club-, pero también a formarse y a tomar parte en actividades educativas. Todo ello con el fin de potenciar el respeto por la naturaleza, desarrollar habilidades y reforzar la autonomía a la vez que el trabajo en equipo y con actividades deportivas. Lo harán con juegos, talleres y divertidas experiencias con la opción de optar por dos tipos de convivencia: campamentos internos y campamentos urbanos.
Pero se puede disfrutar con seguridad de una forma diferente. Por ejemplo con la propuesta de The Kelly Method, una excelente opción donde los niños podrán ser auténticos guerreros japoneses del antiguo Japón en un bellísimo emplazamiento con propuestas de artes marciales, surf y aventura y además, con algo importantísimo, un programa de actividades orientadas a la convivencia y el desarrollo personal en un entorno natural en Askizu, en la localidad guipuzcoana de Getaria, en la playa y a una hora de Donosti. Esta empresa también organiza un campamento urbano en la capital madrileña orientado a la inmersión lingüística en inglés, pero con un plus más allá del método educativo: hacerlo a través de juegos, teatro, canciones..., sintiendo, entendiendo y participando en un segundo idioma.