Al depurar la mente de creencias, ideas y ritualismos, nos vamos haciendo más inocentes y permeables ante la Divina Presencia. Entre menos conceptos tengamos acerca de este proceso espiritual del despertar, muchos más puros vamos a estar, más maduros espiritualmente nos hacemos. Pese a que asociemos madurez con el grado de conocimiento que tengamos, esto ocurre a nivel de la mente, pero a nivel del corazón, entre más inocente estés, más puro serás y más en tu verdadera esencia estarás.
Esta inocencia se expresa en tu mente pensando con benevolencia, liberando los pensamientos obsesivos acerca de las cosas y guiándote hacia el gozo de la existencia. El corazón se purifica al no gestar pensamientos negativos. Libérate del odio, del resentimiento, de apatías o de cualquier otro sentimiento que pueda nublar tu corazón.
Tu mente y tu corazón son parte de tu psiquis, y entre más depures estos, más magnetismo generarás de la Consciencia para aclararte. Dios se manifestará de cualquier manera que sea benevolente y necesaria para ti. Él es todo y es puro amor, y así aparecerá en tu vida. Él se revelará como quiera. Te aseguro que las comunicaciones con Dios son netamente vivenciales, porque Dios y tú son lo mismo.
El vacío más grande que se gesta en nuestro corazón va conectado con la errónea idea de estar separados del Universo y del Espíritu. Al asumir esto se crea un sentimiento de desconexión, más ese sentimiento es totalmente ilusorio, porque está siendo gestado bajo una presunción errónea.
Hasta una próxima publicación…
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