Este desastre de país que es España es uno de los más ricos y afortunados del mundo, y uno de los más igualitarios, con mejor salud, longevidad y con los niños más felices.
Este desastre de país podrían decirlo con más motivos casi todos nuestros vecinos, que no se autocomplacen exponiendo solamente lo peor de sus sociedades, como los españoles, sino que señalan con orgullo lo mejor que poseen.
Quienes menos sufren este autoodio, los nacionalistas catalanes y vascos devenidos independentistas con complejo de superioridad, pregonan sus virtudes colectivas y basan su desprecio hacia los demás españoles en que estos se enfangan cantando sus miserias.
Pero, según informe sobre la riqueza mundial que acaba de presentar el Credit Suisse, el cuarenta por ciento de los españoles forma parte del diez por ciento de los habitantes más ricos del planeta.
Unos 19 millones de españoles están entre quienes poseen el 88 por ciento de la riqueza mundial, lo que se explica porque el noventa por ciento de la población planetaria tiene poco patrimonio.
Además, los españoles menos afortunados lo son menos que en otros países. Existe una fórmula, el índice Gini, que analiza la igualdad de las poblaciones, y resulta que, con todos sus defectos, la desigualdad española es una de las menores del mundo.
España tiene un Gini de riqueza de 0,67, siendo 0 máxima igualdad y 1 máxima desigualdad. Nuestras envidiadas Suecia y Dinamarca son más desiguales: tienen un índice de 0,8 y 0,89, respectivamente.
El Gini del mundo es de 0,91. Es decir, la distribución de la riqueza, qué porcentaje de la población tiene qué porcentaje de la riqueza agregada, es muy parecida a la de Dinamarca.
Proclamemos más las bondades de nuestro país, porque la botella está bastante más que medio llena. Basta de “este desastre de país”.
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SALAS