No estoy de acuerdo con no acudir a votar. Con abstenerse. Tampoco estoy de acuerdo con votar en blanco. En el primer caso uno se suma al cuarenta por ciento de gente "que pasa" siempre de las votaciones porque dice ser apolítica. En realidad son actitudes más de derechas que las de don Pelayo porque vienen a decir que todos los políticos son iguales: unos golfos. Esto es fascismo puro y duro que ya practicó el franquismo, para el que la política y los políticos eran la escoria a desterrar. Mejor los militares, decían, que defienden las esencias patrias y bla, bla, bla...
El voto en blanco es aceptar el sistema pero no decantarse por ninguno de los partidos que se presentan a los comicios. Pero por indecisión, por duda de cuál de ellos será el que más convenga al país.
A estas alturas para mí lo mejor es el voto nulo. El voto nulo en todos los procesos electorales no llega al uno por ciento. Es debido a gente que se equivoca o que en lugar de una papeleta electoral mete cualquier cosa en señal de protesta. Esa va a ser mi opción el próximo 22 de mayo. Pero yo no me voy a equivocar ni voy a meter cualquier cosa. Meteré la papeleta de abajo. Es una decisión pensada. Es una forma de protestar por el funcionamiento del sistema. Desde la Justicia hasta Educación, pasando por la ley electoral injusta y discriminatoria y el funcionamiento de los partidos y de las instituciones.
Es una protesta por la corrupción repugnante que se ha adosado al sistema como una costra de mierda imposible de despegar y que avanza cual masa informe que se cuela por todos los poros de la sociedad.
Es una protesta por la deriva que ha tomado esta sociedad española en la que los mindundis de los programas basura de la televisión tienen más prestigio y predicamento que nadie mientras nuestros políticos (y la Iglesia) dejan que la cosa continúe deteriorándose, porque saben que cuanto más necia sea la sociedad, más opciones tienen de seguir en sus puestos, figurando y sacando pecho (que no decidiendo, porque eso queda en manos de los banqueros, de las grandes multinacionales y de los salidos de turno que viajan en Porsche y se hospenda en hoteles de tres mil dólares la noche mientras desde sus despachos del FMI piden a la gente que se apriete el cinturón, que trabaje más, que cobre menos y que retrase su edad de jubilación.
En suma, que esta que adjunto (y que es imprimible para quien la quiera usar también) va a ser la papeleta que meta yo en las urnas en todos los comicios que se me pongan por delante, salvo que la cosa cambie.
Añado que la papeleta en cuestión la he encontrado en este blog y que la tomo prestada, como recomienda.
En él se aducen muchas más razones para ejercer el derecho al voto nulo.
A ver si hay suerte y en lugar de que el 22-M haya solo un 0,5 por ciento de votos nulos alcanzamos un treinta o un cuarenta por ciento.