Revista Cultura y Ocio

Este jueves....................."objetos obsoletos"

Publicado el 13 mayo 2016 por Charo

   Había consultado el mapa de carreteras. Me pareció fácil llegar y decidí hacerlo sola. Antes de subir al coche, le pedí cambio al camarero y te llamé desde la cabina telefónica. Comunicaba, así que no pude decírtelo.   En el coche, puse la cinta de Tequila. Solo vi esa. Ya había cogido el tercer desvío y llevaba por lo menos media hora sin cruzarme con ningún coche. La cinta empezó a hacer el ruido característico de cuando se enreda, la paré enseguida pero esta vez había quedado inservible. Lo siento, te compraré otra. Puse la radio, pero no se sintonizaba ninguna emisora.    La verdad es que empecé a ponerme un poco nerviosa, seguía sin cruzarme con ningún coche, estaba empezando a llover y la carretera cada vez estaba en peor estado. Paré para volver a mirar el mapa, pero por más que busqué no lo encontré en el bolso. Sin darme cuenta, la carretera se había convertido en un camino lleno de baches en el que era imposible dar la vuelta. No me quedó más remedio que continuar. Ahora sí que estaba asustada. La noche se me había echado encima y sumado a la lluvia y al mal estado de la carretera la conducción era complicada. De pronto escuché un fuerte golpe en los bajos del coche y me incliné hacia adelante con brusquedad. Mi cabeza se golpeó con el volante. El coche se paró. Las luces se apagaron. Intenté arrancarlo pero fue imposible.  Me entró el pánico. Estaba sola en medio de la nada, sin un pueblo cerca para llamar por teléfono, nadie sabía dónde había ido, el coche estropeado, me dolía la cabeza.   De pronto vi las luces de un coche que venía de frente. Era un coche muy alto y con unas ruedas grandísimas, yo nunca había visto ninguno así. Cuando llegó a mi lado un hombre alto y bien parecido me invitó a subir. El coche parecía una nave espacial. Estaba lleno de lucecitas en el salpicadero. Rojas, verdes, azules…de todos los colores. Sonaba una música desconocida para mí, con un sonido envolvente alucinante. Fue muy amable. Me dijo que si quería llamar a alguien y le dije que sí, que cuando llegáramos a algún sitio. Pero sacó una especie de calculadora plana y me dijo que le dijera el número, lo marcó y por ahí hablé contigo. No quise contártelo todo por teléfono y por eso le dejé que me trajera. Le dije la dirección y se la dijo a la pantalla del televisor, y la pantallita le contestó. No me acuerdo de más, estaba agotada y me quedé dormida…era una delicia viajar en ese coche. Cuando desperté estábamos a la puerta de casa y antes de darme tiempo a reaccionar ya se había ido.  Te juro que lo que te estoy contando es verdad…no estoy loca, ni me lo estoy inventando… ¿no me crees? ¿Por qué me miras así…?

       Para ver el resto de relatos participantes en la convocatoria pinchad AQUÍ



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