Revista Cultura y Ocio
Este jueves Juan Carlos nos anima a escribir sobre un retrato. Como no he tenido tiempo de escribir y hace tanto que no participo, he rescatado esta caricatura (me refiero al relato no a la foto del retrato) que hice cuando empecé en esto de escribir, hace ya unos cuantos años. Me disculpo si hiero alguna sensibilidad de algún fan del actor porque en realidad no pienso todo lo que digo. Si quieres leer más retratos pincha en el enlace ¿Y QUÉ TE CUENTO?
De toda su cara, lo que más destaca con diferencia, es su enorme nariz, que no sólo es grande como el pico de un tucán sino que su punta se encuentra bastante escorada hacia un lado como un barco que zozobra en una tormenta. De orejas tampoco anda mal el muchacho pues las tiene en forma de soplillo pero éstas puede disimularlas más con ese pelo lacio que siempre se pone encima, un pelo negro muy bonito, si no fuera porque siempre lo lleva desgreñado y con aspecto de sucio, como si acabara de levantarse de la cama. Podríamos decir que sus ojos son bonitos, pero no lo vamos a decir porque son tan pequeños que haría falta que su cara se redujera a la mitad para poder darnos cuenta de que los tiene. Y de la boca para qué hablar, unos labios tan finos que si no hablara no los veríamos. Y para rematar, hay tan poca carne sobre sus largos huesos, que parece un esqueleto andante, eso sí, forrado de dinero ya que es uno de los actores mejor pagados de Hollywood. Pero algo tendrá este joven cuando una de las mujeres más guapas de España y tal vez del mundo mundial, Elsa Patay, se ha fijado en él, siendo su novia durante unos cuantos años. En sus dotes de actor tampoco será, porque a pesar de que le dieron un Oscar por su actuación en “El pianista”, expresa menos que una página en blanco. Su nombre en Adrien Brody