Revista Diario
Chiquinini va dando pasos él solo. El chupete , si bien nunca fue muy chupetero, lo empezó a rechazar por sí mismo. Con 20 meses, cuando sólo decía cuatro palabrillas, pidió que le pasáramos a la cama y fue el momento de guardar la cuna. Después pidió tomarse él solito el biberón, dejándome fuera de ese momento relax que tanto me gustaba. Más adelante empezó a decir que quería ducharse como papá en lugar de bañarse, lo que a mí me pareció estupendo porque es más rápido y ahorramos agua. La silla de paseo apenas la usamos ya con él. A veces la echa de menos porque se cansa si andamos mucho, pero por norma general prefiere ir andando y correteando “como uno mayor”. Si hace mal día no insiste en bañarse en la piscina porque dice que hace frio. La retirada del pañal la pidió también él por imitación, al ver a otros niños en la guadería.Lo último ha sido terminar del todo con el biberón. Reconozco que todos los cambios me han dado pereza en un primer momento. Y la retirada del del biberón me daba muuucha pereza. Era la forma de que desayunara bien y rápido. Y de que si un día estaba malito y comía mal, al menos antes de dormir se tomase una buena ración de leche con cereales. Y todo eso sin manchar nada!Así que todos estábamos contentos con el biberón, él y nosotros. Hasta que hace unas cuantas semanas pensé que eso no podía durar eternamente, que era un momento tan bueno como cualquier otro para intentar prescindir del bibe, y le propuse tomar la leche en taza y con galletas como mamá, superando mi pereza. Pues dicho y hecho. No ha vuelto a tomar ni pedir el biberón.Y cada vez que nos pone un cambio así en bandeja, su padre me dice con más razón que un santo: ¡Este niño se educa solo!