Hay libros para cada momento del año y para cada momento del día. También hay libros para viajes o que simplemente nos hacen viajar por destinos preciosos. Decidas o no viajar, un libro siempre es la mejor compañía para las vacaciones.
La elección de los libros de vacaciones es un asunto serio. Los libros de viajes suelen ser una gran decisión a la hora de emprender las vacaciones. Primero, porque es algo que vamos a cargar ¿Y para qué llevar peso que no vamos a aprovechar? Segundo, aunque no viajes, porque probablemente estuvimos esperando todo el año por ese tiempo libre para leer. Al menos es el caso de la gente que disfruta mucho leer.
Por eso voy a sugerir unos cuántos libros por si querés viajar a través de libros de viajes que, hasta ahora, sólo cuesta el precio del libro… y un poco de imaginación.
Los típicos libros de viajes.
Hay libros que sí o sí, por sus historias y protagonistas, relacionamos con viajes. No siempre libros de viajes – comer rezar amar son los más conocidos, salvo que te muevas en un círculo de lectura relacionado con ellos. O porque se transformaron en películas, como es el caso de Into the wild o Comer, rezar, amar.
En Comer, rezar, amar (Sí, la película la protagonizó Julia Roberts), la autora recorre en primera persona un viaje exterior, mientras realiza también un viaje interior. Se propone como meta atravesar Italia, India e Indonesia para aprender a convivir con su reciente divorcio y su nueva situación de soledad. Precisamente, en soledad y sin demasiadas expectativas, Liz empieza a disfrutar de la vida en Italia, para llegar a su interior en medio de la India. Finalmente, en Indonesia consigue un equilibrio entre la alegría y su mundo interno que la devuelve a la vida de una manera distinta. Porque, claramente, después de un viaje, nadie vuelve como se fue.
Into the Wild o Hacia Rutas Salvajes en español es el libro considerado de cabecera por el viajero, que no es lo mismo que el turista, ya lo hablamos… También de este libro hay una película, pero siempre voy a ser #teambook (equipo libro). En esta travesía, Jon Krakauer demuestra que se puede vivir con muy poco y, aún así, ser feliz y ciudadano del mundo. Recorrerlo, saborearlo y… odiarlo de a ratos. Pero, sobre todo, aprender de él.
Mis elecciones: dos tesoros preciosos.
Por el ajetreo del año, capaz no siempre se puede disfrutar de la lectura. Siempre hay que, a mi entender, tener tres libros empezados… Para los viajes en transporte público, para antes de dormir y uno más para llevar a todos lados. A veces no termino de leer uno que ya aparecen más que me interesan. Por eso, elegí dos que quiero leer estas vacaciones.
A raíz de los nuevos capítulos de Gilmore Girls, donde lo nombran y lo hacen parte de uno de los capítulos, conocí el maravilloso libro Salvaje (Wild), de Cheryl Strayed. Me atrajo desde la tapa e hizo que lo leyera en menos de una semana.
Wild de Cheryl Strayed
Salvaje relata cómo su autora y protagonista atraviesa el Sendero del Pacífico, pero tiene un detonante que la hace comenzar: Perder el norte en su propia vida. Así, desorientada y algo insegura, parte. Un viaje interno que se homologa con el externo: Complicaciones, preguntas, respuestas. De todo un poco.
Si lo leen, espero que disfruten tanto la descripción de emociones y el toque de comedia muy sutil que aplica Cheryl. Como la mayoría de los relatos de viajes interesantes, hay una película y protagonizada por Reese Witherspoon que lleva el nombre del libro.
Otra de mis elecciones de este verano es On the road, En el camino, de Jack Kerouac. Todavía no la empecé y ya quiero hacerlo por saber que es una novela de 1957 escrita en forma de monólogo. Apenas lo supe, dije “Quiero leerla como sea”. La cargué en la mochila para mis vacaciones.
En el camino de la novela se relata lo que para muchos (no para mí) fue un resumen de la generación beat: Drogas, promiscuidad, intelectualidad y amistad.
En el camino o no: leer.
Si hablamos de libros de viajes, lo importante es saber encontrar lo que a cada uno le sirve para sus viajes, valga la redundancia. Puede que te gusten los libros de viajes u otro tipo, pero lo más importante es no dejar de leer.
Más allá de las vacaciones en sí, la cabeza sigue encendida y sigue aprendiendo, incorporando. Por más que pases horas en una reposera en medio de la nada, la cabeza continuará absorbiendo información y aprovechando el tiempo para generar ideas nuevas. Entonces… ¿Qué mejor que compartir con la cabeza buenos textos que impulsen a seguir viajando en ambas direcciones?