Últimamente parece que hemos renunciado al color en la decoración. Con la inclusión en el mundo del interiorismo del tan de moda estilo nórdico, nos hemos acostumbrado a ver en las revistas y blogs espacios decorados únicamente en tonos crudos, blancos, negros y grises…
¿Por qué ahora todo tiene que ir en estas gamas de color? Porque no volver a nuestros orígenes en donde el color era el rey en paredes, textiles y complementos.
Este verano, sumerjámonos en el maravilloso mundo del color, combina, mezcla, introduce en tu hogar tonos vivos, chispeantes y llamativos. Rompamos la monotonía de los tonos claros. Busca complementos en colores vivos y llena tu casa de matices que evoquen el frescor y la alegría del verano.
Convierte tu comedor en un espacio vibrante con sillas de colores en tonos refrescantes que armonicen bien entre sí como el naranja y el fucsia.
Aprovecha las noches de verano para organizar cenas o comidas informales al aire libre. Combina vajillas blancas con cristalería y complementos como manteles y servilletas en colores llamativos, le darás a tus celebraciones un aire fresco y veraniego.
Tienes un sofá en color blanco o beige ¿Por qué no rompes la monotonía? Atrévete a combinar cojines lisos y estampados diferentes pero sin perder de vista que todos deben compartir los mismos tonos, el resultado quedara muy armónico y alegre.
Decora una consola o escritorio con elementos decorativos en colores vivos, como jarrones, cuadros, taburetes, letras decorativas etc..
¿Quieres un dormitorio alegre? Experimentan con atrevidos juegos de cama de colores vibrantes con una base de color neutro, por ejemplo colcha blanca y cojines o plaids de colores.