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Estela Plateada de Allred y Slott: por ahí no Marvel

Publicado el 27 noviembre 2014 por Lord_pengallan

En mi opinión la crisis del cómic de superhéroes se debe a la decadencia del héroe clásico. La sociedad actual ya no cree en héroes íntegros, seguros de sí mismos, sacrificados y resolutivos y por ello los ve como algo rancio, infantil o raro, y no hay nada que desprecie más una sociedad que esto último. A pesar de ello Lee&Kirby lo petaron 1º porque se dirigieron a los niños, gente sin el cinismo y la suspicacia que son propios del posmodernismo, y 2º porque al meter melodrama humanizaron a los héroes, es decir, les hicieron frágiles, angustiados, falibles y acosados por problemas ordinarios. Es cierto que esto es sólo 100% cierto en Spiderman pero también es cierto que este siempre ha sido el personaje más popular de Marvel. En fin, el melodrama anulaba la perfección del héroe clásico, quien a medida que avanzaba la década de los 60 se iba haciendo más molesto para la juventud, las mujeres, los no blancos y los intelectuales progresistas. Eso me explica el porque DC no se comía un colín por entonces y el que sus clásicos hoy sean menos populares que los de Marvel. En aquella época los héroes de esa editorial, como dijo uno de sus autores, no cagaban. Como es sabido DC lo resolvió marvelizándose hasta el punto de que a sus superhéroes, además de darles la capacidad de cagar, los hizo mortales. En los 70 Marvel intentó compensar la decadencia del héroe clásico diversificando géneros y sólo se salvo cuando en los 80 Shooter volvió a dirigirse a los niños dejando de lado a unos adolescentes llenos de dudas y críticas que hacían que les fuera imposible tragar a unos superhéroes que pertenecen a otra época, recordemos que el género comienza en 1938. Pero esto se fastidió porque llegó la terrible crítica a los superhéroes de Moore, un tanto injusta pues este ajustaba cuentas con los cómics de superhéroes que leyó de joven y no con los de los 80, por parciales, nacionalistas y conservadores y el oscurantismo de Miller nacido de su preclara certeza de que aquellos ya no eran apreciados. Esto caló más que usar el humor para afrontar lo ridículo que es para la posmodernidad un héroe clásico, en especial si va vestido como un forzudo de circo de principios del siglo XX. Esto, al conducir al fin, provocó una contrarreacción que consistió en fingir que los 80 seguían vigentes. El efecto 2000 acabó con esta quimera de tal modo que se instaló la anarquía. Marvel dio carta blanca a los guionistas esperando hallar así una fórmula válida. Esto acabó en sonoro fracaso por lo que llegó la Era del Crossover que, cual Anillo Único, trataba de atar a todos. En realidad fue puro histerismo. Como no nos hacen caso nos ponemos a dar la nota para que no dejen de mirarnos. Coquetear con el melodrama es lo que tiene. Esto se ha agotado, sólo hay que comparar Casa de M con Pecado Original, y hemos vuelto a la anarquía porque, como la otra vez, Marvel no sabe qué hacer con sus cómics.
Ahora hay series de superhéroes raras y gafapastas pero, a diferencia de los que han dicho que creen que es porque ahora hay público para ello, yo creo que se debe a que Marvel ya no sabe qué hacer para reflotar sus cómics sin convertirlos en cómicos así que deja que los guionistas hagan lo que les parezca mejor para disimular que el protagonista es un héroe clásico. Esto no es más que la prolongación de lo que se hacía en la Era del Crossover. En esa época el Costumbrismo, el Noir y el Espionaje contaminaban los cómics de Superhéroes. Ahora, sin guionistas que prefieran los 1º al 2º y certificado el fracaso de estos géneros en revitalizar a los superhéroes, se les mete gafapastismo porque los seguidores de este género parece que son de los pocos que les sigue gustando leer. Así, lo ordinario, lo mediocre y la nada contaminan los cómics de superhéroes. Las celebradas sin rigor Ojo de Halcón, Hulka abogada soltera otra vez y Estela Plateada, sí aunque lo parezca no me he olvidado de que esto es una reseña de los 1º 5 nº de su nuevo volumen, lo que tienen en común es olvidarse de la fantasía inherente a los superhéroes para meter costumbrismo y hacerles vivir aventuras anodinas a pesar de que eso es un oxímoron. Me refiero a que tienes una tía gigante, verde, atractiva y superfuerte y lo que se te ocurre es que lo mejor es dibujarla toscamente, enfundarla un traje gris y hacer que se pase la vida metida en un despacho. Los que se quejan de que estos cómics venden poco olvidan que lo hacen porque están dirigidos a la gente que esta cansada de los superhéroes pero no quiere dejarlos, para los que leen cómics pero nunca les ha gustado los superhéroes y para los nuevos lectores, es decir, una minoría dentro de los pijameros. La calidad, siempre subjetiva, no importa porque esto, como siempre, no va de esta sino de entretenerse. En el fondo es el agotamiento de la fórmula Bendis. El tipo este triunfó a principios de siglo porque no hace superhéroes de forma clásica y eso gustó a los que estaban cansados de ella pero no tenían la madurez necesaria para dejarlos y a los nuevos porque la mitología ochentera era un incordio por vieja y desconocida. Ahora el gafapastismo vende poco, como Bendis, porque la mayoría de los que quieren seguir coleccionando superhéroes quieren leer aventuras de héroes clásicos sin importar que eso no esté de moda y que los ejecutivos quieran que aquellos se ajusten a la moda para vender más. Que esa gente esté con los superhéroes cuando todos los han abandonado, incluso los que disfrutaban con Bendis, es prueba de que son el núcleo duro, y como tal no les vale las medias tintas o los sucedáneos.
Estela Plateada de Allred y Slott: por ahí no Marvel
Es por eso que, a pesar de que Allred y Slott hacen un buen trabajo, esta Estela Plateada es fallida. Este personaje es una especie de profeta del Antiguo Testamento. No sólo anuncia la venida de un dios sino que es alguien íntegro y altruista, los barbudos veterotestamentarios eran feroces pero querían ayudar a los demás como los yankis cuando invaden un Estado. Así pues, es un héroe místico o espiritual, condición subrayada por su aspecto análogo al de un ídolo primitivo, que tiene además una vena exploradora y otra marginal, como los héroes fordianos es incapaz de integrarse en lo ordinario, lo cual le hace solitario por mucho que se le trate de emparejar. Todo esto como ya saben es algo que repatea al posmodernismo pues su materialismo, su cinismo, su sedentarismo (la década dorada de la Cerrera Espacial es anterior a este) y su vulgaridad no lo encuentra atractivo y satisfactorio. Hoy nadie puede ser idealista, bueno, vagabundo y extraordinario y por ello Allred&Slott, que claramente son posmodernos, no se les ocurre para hacer que esto interese más que hacer protagonista de la serie a una chica buena y guapetona pero sedentaria, nunca ha salido de su pueblo, y ordinaria, tanto qué tiene una gemela! Así, la protagonista de un cómic de superhéroes es un personaje anodino lo cual es un clamoroso fallo. No sirve que haga contraste con Estela Plateada si este está tan desdibujado que no resulta un contrario, no sirve que sea resolutiva porque, aunque ello es adecuado, los superhéroes están para rescatar, no sirve que sea un personaje verosímil porque los superhéroes son Fantasía y a Allred le va el surrealismo y el absurdo. Así pues, Allred&Slott echan más cal que arena de modo que la historia, a pesar de sus buenas ideas superheroicas que remiten a la Marvel clásica, es un relato sobre lo mediocre y lo ordinario que remite a lo más ñoño de Astro City, y eso 1º no son superhéroes y 2º eso es despreciar las posibilidades del cómic porque el dibujo puede representar cualquier cosa así que hacerle costumbrista es limitarle por lo que eso sólo tiene sentido con dibujantes mediocres y eso es algo que no es Allred. Es cierto que la serie bien puede cambiar después de este largo y mediocre principio. Al final la pareja abandona la Tierra para ir al Espacio de modo que cabe la posibilidad de que la ordinariez de la prota se matice, pero el carácter de estos nº y la falta de imaginación del gafapasta que les hace sólo capaces de disfrutar de historias que le podrían pasar a su vecino del 3º no apuntan a eso. El gafapastismo no usa a un personaje ordinario para exaltar la extraordinariedad como lo clásico, sino para exaltar la mediocridad propia de su lector. El gafapasta no lee, se hace una paja.
La absoluta falta de chispa de este cómic por su apuesta por lo mediocre no es combatida por Allred. Esto es sorprendente pues es conocido por su talento, dinamismo e imaginación y aquí se muestra perezoso. Quizás son los años. Pocos fondos y trabajo funcional es lo que caracteriza las páginas que ha realizado para Estela Plateada. Así, a pesar de que lo extraordinario del cómic se debe seguramente a él, este no puede superar la vulgaridad, que, aunque es el líquido para sumergirse favorito de la posmodernidad, ni es atractivo ni es propio de los superhéroes.
Así pues, Estela Plateada es lo que parecía cuando se conoció que para su publicación era imprescindible contar con una joven ordinaria y anónima como coprotagonista, una apuesta fallida. Debería haberle hecho sospechar a Marvel que eso iba ocurrir el que las parejas de Estela Plateada nunca han cuajado. Los cómics de Superhéroes no son gafapastas y por ello ese tipo de historias se deben contar en otros sitios ya que no lucen en "pijama" y además aguan lo superheroico. El problema de los héroes clásicos más que su inadecuación a la actualidad, que no es necesariamente malo pues hablamos de Fantasía, es que esta no se puede resolver metiéndole cosas que no le son propias salvo el melodrama porque una de sus características es ser sufridor, miren a Heracles el héroe más popular del olimpismo o miren a Jesús el héroe más popular del cristianismo, y el humor porque a nadie le amarga una gracia además de que hay héroes clásicos cómicos como el mismo Heracles (Jesús es aburrido como todos que pretenden ser un ejemplo para los niños). Ninguna otra cosa le queda bien si no es secundaria. Un superhéroe no es un tío de barrio pero puede relacionarse con gente así, un superhéroe no es un detective pero puede relacionarse con gente que lo es, un superhéroe no es un espía, sobre todo eso no es, pero puede relacionarse con quien lo sea, etc. Así, esta Estela Plateada al no entender que lo superheroico debe ser siempre la parte más grande de la mezcla es otro yerro de la Marvel actual. El gafapastismo no es el complemento vitamínico que los superhéroes necesitan para revitalizarse. Está claro que intentar emular a Cervantes usando unos  peculiares Quijote y Sancho Panza no es la vía. Eso es crepuscular y lo que hemos aprendido con el Western es que por ahí se llega invariablemente al final. Los superhéroes no triunfarán si tienen que dejar de serlo. Es de cajón. Así que en conclusión: si quieres leer superhéroes este no es tu cómic.

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