Revista Libros
La novela breve de bilbaíno Oscar Alonso Álvarez se lee con fruición en un par de horas, y sus noventa y seis páginas parecen hacerse muchas menos. El tema central de la obra, las andanzas de un asesino a sueldo, no se antoja demasiado original, pero la ejecución de la trama, sostenida con intensidad y tempo de cuento, resulta fresca y absorbente. Es cierto que me hubiera gustado un final menos convencional, pero, como dijo Joe E. Brown en la escena de “Con faldas y a lo loco”: “nadie es perfecto”