Tan amada como odiada, Chiara Ferragni de "The blonde Salad" es uno de los mayores ejemplos de cómo pasar de ser una simple rubia italiana que estudia derecho internacional a toda una “net celebrity”, con más seguidores en sus redes que la población de muchas ciudades. Diseñadora, modelo, blogguera, viajera y ahora ¡hasta escritora!, Chiara Ferragni demuestra cómo se puede hacer un pequeño imperio desde el .com.
Definitivamente odio cómo se vestía en sus primeros post. Hay algunos outfits que simplemente no me entran, pero sí había algo que me gustaba mucho (y que creo que ha perdido), era la manera graciosa en que escribía. Independientemente de que no me gustaran algunos de sus outfits, su blog tenía algo magnético. Tal vez eran los “photoshoots” de broma que hacía con su sexy ex novio italiano Richi, o que veías que era una chica más (bueno con mucho, mucho dinero) con la que hasta cierto punto me sentía identificada.
En su segundo año como bloggera (y empezando a despegar ya como un punto de referencia), todavía tenía unos atuendos que no me entraban, como el de la izquierda, ¿un body de flores con medias y zapatos abiertos? ¡Que alguien me explique! Pero, en cuanto a otros outfits, empieza a tener muchos buenos aciertos y la verdad es que moriría por tener su closet. Su maquillaje siempre es el mismo, al igual que su cabello, y la verdad es que me gustaba así, era una chica real.
Ya en 2011 era toda una diseñadora consagrada y había tenido sus colaboraciones con marcas como Dior, Marc Jacobs, Burberry, Alberta Ferreti. Su estilo, evidentemente empieza a cambiar. Combina mejor las prendas, su maquillaje y su cabello ya se ven mucho más trabajados. En esta etapa empiezan a dedicarle páginas y blogs de odio al igual que las críticas que le gritaban “pseudo fashionista” le empiezan a llover por todos lados.
Para este 2013, Chiara deja (o suspende) la universidad, empieza a viajar casi cada semana y es tanta la carga de trabajo que forma el TBSC (The Blonde Salad Crew), donde ella, su ex novio y cinco amigos más, desde una oficina en Milan, gestionan todo lo que tenga que ver con su blog, zapatos, colaboraciones y mil etcéteras más. Sus looks me dejan babeando en mi teclado, pero desgraciadamente la carga de trabajo y de viajes (eso quiero pensar yo) ha hecho que el blog se vuelva más impersonal. Ya casi no escribe en sus entradas o lo hace de manera muy superficial, y tiene un equipo que la maquilla y peina… No sé, pero a mí me gusta ver como las bloggers hacen magia casi de la nada, no lo que un equipo de expertos construye. Una cosa por otra, no se puede todo en esta vida. Y ustedes, ¿la aman o la detestan?