Giovanni Giaccio
Durante el año 2013, Italia ha tenido menos inmigrantes que emigrantes. Este es el dato más llamativo del documento redacto por el ISTAT (Instituto Nacional de Estadística italiano).
El 9 de diciembre el Istat publicó un estudio sobre las migraciones. Los resultados muestran que los italianos que dejan Italia son más de los que llegan de otros países; de hecho, durante 2013 han sido 82.000 los italianos que se han trasladado y que se han establecido en otras naciones. Además, hay un elevado porcentaje de licenciados que abandonan Italia: se trata del 31% de los emigrantes: 19.000 antiguos estudiantes se han ido al extranjero. Finalmente, se encuentra un dato más que preocupante: en el último año han vuelto a Italia sólo 28.000 italianos, es decir, 1.000 menos que en 2012.
¿Por qué los italianos dejamos nuestras casas para ir a un lugar desconocido?
Es fácil contestar. Esto pasa porque es cada vez más difícil encontrar un trabajo estable que nos permita vivir sin muchas preocupaciones. «Estamos hartos de ahorrar dinero para pagar los cuentos que los políticos nos procuran». Esta puede ser una de las frases que alguien podría oír si pregunta a un joven ¿por qué te vas?
Lo peor es que nuestras universidades están educando a los estudiantes italianos para que vayan a otros países a trabajar. Es decir, que Italia invierte dinero en profesionales que harán ganar dinero a Francia, Inglaterra, Estados Unidos, etc.
Se trata de un problema inmenso y el Gobierno tiene que buscar una solución pronto. Podemos decir que a Italia está pasando lo que ya ha pasado a los pueblos más pequeños: un flujo migratorio que difícilmente acabará. Ojalá nuestros políticos empiecen a invertir su propios sueldos (que reciben de todos nosotros) en empresas para que sus ciudadanos (¡que no son sus esclavos!) puedan permanecer en el país donde nacieron. Quizá si ellos nos diesen trabajo, juntos podríamos salvar Italia antes de que sea demasiado tarde, antes de que todos nos vayamos al extranjero.
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