Los procesos en el lenguaje continúan y su hijo se dará cuenta de que el habla no sólo sirve para comunicar sus ideas y sentimientos, también es una buena manera de establecer contactos sociales. Su vocabulario más amplio y el uso de estructuras gramaticales más complejas le permitirán efectuar contribuciones más elaboradas cuando usted entable una conversación con él.
Sugerencias:
Anime a su hijo a hablar con usted sobre los acontecimientos cuando se produzcan; no espere hasta el final de la jornada para recapitular, pues él puede haber olvidado el incidente. Tenga presente que le fascina todo lo que ocurre a su alrededor y tiene un deseo inherente de comentarle a usted sus experiencias. Cuando se esté poniendo la camiseta y los pantalones por la mañana o saliendo de paseo por la tarde, su hijo parlanchín estará encantado de hablar con usted sobre ello y necesitará que usted le responda. Utilice un lenguaje claro, con palabras que él pueda entender fácilmente.
Si le parece que su hijo no está especialmente locuaz en algún momento del día, no intente forzarle a mantener una conversación con usted. Quizá esté cansado o de mal humor. Sea cual fuere la razón, déjele disfrutar de un rato tranquillo. Probablemente comprobará que vuelve a estar más comunicativo más tarde.
También puede ayudar a su hijo a comprender mejor el lenguaje receptivo (el que comprende cuando le hablan) y el expresivo (el que emplea para expresar sus propias ideas y sentimientos) demostrándole el significado de las palabras nuevas con la que no esté familiarizado del todo.
Por ejemplo, si quiere decirle “este hombre es muy alto”, alce las manos al mismo tiempo para que él vea una interpretación visual del comentario. Si acompaña a las palabras con una demostración física de su contenido mejorará su comprensión del significado.
Prepare juegos de escuchar con él. Por ejemplo, pídale que cierre los ojos y escuche atentamente y se lo diga cuando oiga pasar un automóvil por la calle, si no acierta a la primera, déjele intentarlo de nuevo. O bien léale un cuento, sustituyendo el nombre del protagonista por el de su hijo, y pídale que le avise cada vez que oiga mencionar su nombre mientras usted lee. Cualquier juego que invite a su hijo a concentrarse en escuchar atento a información concreta beneficiará al desarrollo de sus aptitudes lingüísticas y además le proporcionará mucha diversión.
Consejos:
1-Pídale que nombre objetos: Señale un objeto que conozca y pregúntele cómo se llama. Amplíelo progresivamente a otros objetos que él no haya nombrado hasta ahora; si no está seguro, dígale la palabra que está buscando.
2-Respóndale cuando le hable: Tanto si comprende lo que le dice su hijo de 21 meses como si no, dele una respuesta positiva, como una sonrisa o un gesto de asentimiento. Necesita esta clase de realimentación por parte de los padres.
3-Espere que se “atasque” en público: A pesar de su deseo instintivo de llamar la atención, su hijo puede perder repentinamente la confianza necesaria para hablar cuando se enfrente a un mar de rostros. Hablará en cuanto vuelva a estar a solas con usted.
4-Recurra al juego con muñecos: Dé instrucciones a su hijo para que realice actividades con sus muñecos. Por ejemplo “Deja tu muñeco allí” o “Dale agua a tu muñeco”. Esto le ayudará a desarrollar la capacidad de escuchar, pensar, interpretar y finalmente actuar de acuerdo con lo que haya oído.
5-Canten canciones juntos: Sus mayores aptitudes lingüísticas y vocabulario le permitirán intervenir más fácilmente cuando usted le cante. Si elige sus favoritas descubrirá que intenta cantarlas también.