Sugerencias:
A esta edad, su hijo quizá muestre una ansiedad mayor cuando se separe temporalmente de usted, cuando salga y lo deje al cuidado de un pariente o una niñera. Es sorprendente ver que rompe a llorar ante la perspectiva de separarse de usted durante un breve periodo de tiempo, sobre todo cuando antes no presentaba esta clase de conducta. Esta nueva ansiedad puede deberse a que su apego por usted es muy fuerte y ahora tiene la imaginación suficiente para preocuparse por si tiene que apañárselas sin su ayuda.
Si su hijo parece estar a punto de echarse a llorar cuando caiga en la cuanta de que usted va a salir sin él, intente calmarle en el momento de marcharse. Reprenderle o burlarse de él por lo que parece ser un comportamiento inmaduro sólo empeorará las cosas. En su lugar, dele un fuerte abrazo, dígale que volverá pronto y que querrá saber todo lo que ha hecho en su ausencia, y luego váyase tanto si llora como si no. Entretenerse con su hijo hasta que se calme del todo puede convertir la situación en un drama; una breve separación cariñosa a la larga reforzará su confianza.
Se le dará mejor compartir pero le seguirá costando poner en práctica esta costumbre social. Mientras acepta alegremente caramelos y juguetes de sus amigos, lo más probable es que se aferre a sus posesiones. Quizá no comprenda aún que compartir es algo recíproco. Hable con él y anímele a compartir bajo su supervisión. Por ejemplo, observe cuando ofrece caramelos a sus hermanos o amigos. Pronto las discusiones con sus iguales por motivos triviales disminuirán.
Si aún no está preparado para contribuir a vestirse y desvestirse, ahora es el momento de interesarle en esta actividad. En realidad no importa cuánto ayude – tanto si intenta ponerse la camiseta y los pantalones como si apenas sabe quitarse los calcetines-, siempre que comparta la responsabilidad de la actividad. No lo haga todo usted porque sea más fácil y rápido.
Los miedos:
Los resultados de las investigaciones sugieren que la mayoría de los niños desarrollan al menos un miedo en la edad preescolar, aunque las niñas tienden a mostrarlos más que los niños. Los miedos se desarrollan a esta edad a causa de una combinación de la activa imaginación del niño y sus altibajos de confianza.
Los miedos habituales de un niño de unos 30 meses incluyen el miedo a los animales pequeños que se mueven con rapidez y a la oscuridad. Estos miedos tienen a aparecer a muy temprana edad y también se desvanecen enseguida. Usted puede ayudar a su hijo a superar sus miedos dándole apoyo, animándole a enfrentarse a ellos y no burlándose de él.
Consejos:
1- Ayúdele a alcanzar el éxito. No hay nada como el éxito para fortalecer la confianza en uno mismo. Oriente a su hijo cuando intente completar un rompecabezas o cuando haga algo para aumentar su autonomía, el sabor del éxito le encantará y le motivará para proseguir con esa actividad.
2- Mantenga el contacto físico cariñoso. No es demasiado mayor para no disfrutar acurrucándose contra usted cuando le lea un cuento. El contacto estrecho hará la actividad mucho más agradable para él y para usted.
3- Comente sus puntos fuertes, no los débiles. Es probable que su hijo sienta lástima de sí mismo cuando no consiga su objetivo. Cuando se sienta negativo, dígale las razones por las que cree que es fabuloso. No le “malcriará” elogiándole, sino que aumentará su confianza.
4- Escúchele cuando le hable. En cuanto haya terminado de jugar con otros niños de su edad, querrá contarle lo que han hecho. Escuche atentamente sus comentarios, asintiendo y expresando su interés en los momentos adecuados.
5- Desapruebe la mala educación. Su hijo quizá no sepa que es de mala educación señalar los defectos físicos de alguien o no guardar su turno mientras juega con otros niños. Depende de usted para aprender “modales” a esta edad.