Estimulación infantil en Baby Deli

Esta mañana hemos comenzado a acudir a un taller de estimulación infantil, en Baby Deli. 
Querría haber empezado hace ya varios meses pero se quedó en el aire cuando me operé el mioma. No es la primera vez que comento que mi hijo es súper inquieto, que necesita estimulación constante... y como pusimos fin a la matronatación, algo había que buscar, que además el invierno se hace muy largo. Es una pena que en una ciudad tan grande como Madrid haya tan poca oferta de cosas interesantes para bebés, sobre todo cuando estos son menores de los dos años.
Conozco Baby Deli desde hace meses, cuando me invitaron a un evento al que fueron varias blogueras, pero yo finalmente no puede asistir. No fui pero me quedé con la copla porque el concepto me encantó. Es un sitio súper especial, a mi me transmite mucha magia. Es una mezcla entre una tienda de juguetes educativos, un sitio donde degustar y comprar comida ecológica y una especie de pequeteca familiar. Además es que la gente es encantadora, le gustan y entienden de niños y la familia es bienvenida al completo (algo no muy frecuente, para qué engañarnos).
Pues eso, que esta mañana hemos empezado las clases y estoy encantada. Y eso que mi nene hoy estaba agotado cuando empezó el taller porque habíamos estado un buen rato antes de paseo por la calle y eso de andar cansa mucho. Está lanzado, no para de andar, se mete en las tiendas, incluso acelera para que no le coja... ¡una pasada!. Pero, claro, para la próxima semana me lo llevo más descansado porque cuando empezamos con las actividades el lo que quería ya era comer y dormir y que le dejaran tranquilo.
Me he llevado varias sorpresas. La primera, que aunque normalmente es un niño súper abierto y confiado, para él es fundamental que no se le acerquen si no quiere o, dicho de otro modo, ser él quien da el primer paso. En algún momento hoy le he visto entre miedoso e intimidado, incluso se ha echado a llorar en varias ocasiones. No me lo esperaba.
Otra sorpresa, al menos entre comillas, es descubrir cada día nuevas habilidades que yo desconocía. Hemos hecho un juego de control de impulsos y cuando he visto de qué iba he pensado que él iba a ser incapaz de controlarse. Pero no, no es que lo haya clavado, pero sí que se ha dado cuenta de lo que había que hacer y ha hecho lo posible por controlarse. ¡Increíble!.
Me lo he pasado muy bien... de hecho, ¡es probable que me lo haya pasado yo mejor que él!. Además la clase me ha parecido también una pseudo-terapia de grupo entre madres, que es algo que siempre viene bien.
Ya iré contando qué tal nos va, creo que merece la pena.
Por cierto, estos de Baby Deli han tenido una idea que me parece buenísima y la comento por si alguien le puede interesar. A parte de las actividades para toda la familia que van a tener en Navidad (a un precio súper asequible, por cierto), el día 7 y el 8 de este mes, de 16h a 20h, se puede ir allí a jugar en familia (¡¡gratis!!). Tendrán juguetes, plastilina, música... Con el mal tiempo que va a hacer ese puente es para pensárselo. Lo mismo me encontrais a mi por allí.