¿Qué es?
La Estimulación Temprana consiste en una serie de actividades, que se aplican en los niños desde su nacimiento hasta los 6 años para lograr el desarrollo máximo de sus capacidades.
¿Por qué hasta los 6 años?
En esta etapa, la plasticidad neuronal es mayor y por lo tanto los pequeños son “esponjas” con una capacidad altísima de absorber cualquier capacidad/ conocimiento nuevo. Por esto, es el mejor momento para nuestra puesta en marcha y no solo con niños sanos, también con niños en grupos de riesgo, como prevención, o en niños con algún tipo de trastorno, para corregirlo en la medida de lo posible.
¿Cómo debe hacerse?
Estas actividades de estimulación están siempre ligadas a las fases del desarrollo y adecuadas al desarrollo cognitivo y físico de cada bebé en concreto, para que pueda responder a los estímulos proporcionados, no se trata de adelantarnos a su desarrollo natural, cada niño es único.
Recuerda la importancia de que esta estimulación sea una actividad agradable para tu hijo, introduce estos ejercicios en vuestra rutina diaria como un juego y nunca le fuerces a llevarlas a cabo.
¿Cómo puedo estimular a mi bebé de 0 a 6 meses?
Aunque tu bebé es aún muy pequeño tiene una gran capacidad de aprendizaje. Deberás estimularle mediante la vista, el oído y el tacto, con gestos, música o masajes, por ejemplo:
- Tumba a tu bebé boca arriba, muéstrale tus índices para que los agarre y levanta despacio su cuerpo. Esto reforzará la sujeción de la cabeza y vuestro contacto visual.

- Dedica unos minutos al día a mecerle y a hablarle, decirle cosas bonitas, mientras os miráis. Reconocerá y responderá adecuadamente a las emociones y estimulará el lenguaje.
- Cántale, pon música, le relajará, hará que se divierta y estimulará su audición.
- Túmbale boca abajo, masajea su espalda para facilitarle el levantamiento cefálico y estimular el desplazamiento voluntario.
- Muéstrale (a unos 50 centímetros como mucho) contornos y posteriormente imágenes reales, nómbralas a la vez. Estimularás su visión y enriquecerá su posterior adquisición del lenguaje.

- Aprovecha la rutina del baño o los cambios de pañal y conviértelos en un ritual relajante para ambos. Masajea su cuerpo desde la cabeza a los pies, con movimientos suaves. Estira sus brazos y ciérralos sobre el pecho y de igual manera encoge sus rodillas sobre su abdomen y estíralas suavemente. Mejora así la tactilidad, la percepción y el vínculo afectivo.
Está en tu mano aprovechar el potencial de tu hijo y brindarle las mejores oportunidades de desarrollo.
